Jiménez Fortes: "Las cornadas hay que asumirlas como precio de la ambición"

  • El diestro Saúl Jiménez Fortes, herido ayer aparatosamente en la plaza de toros de Bilbao, aseguró hoy a EFE que "un torero debe asumir las cornadas como el precio a pagar por su ambición para llegar a lo más alto".

Bilbao, 22 ago.- El diestro Saúl Jiménez Fortes, herido ayer aparatosamente en la plaza de toros de Bilbao, aseguró hoy a EFE que "un torero debe asumir las cornadas como el precio a pagar por su ambición para llegar a lo más alto".

El joven espada malagueño, que convalece en la clínica bilbaína de la Virgen Blanca en compañía de su madre, la que fuera novillera Mary Fortes, ha pasado la noche posterior al percance "con bastantes dolores, algo de fiebre y náuseas", aunque a media mañana de hoy su aspecto y su estado físico denotaban ya una buena evolución.

Fortes considera que el percance de ayer en Bilbao se debió a un error suyo: "Le moví mal la muleta al toro tras rematar una serie de pases, y el animal, que tenía fiereza, se me vino encima en décimas de segundo y me colgó del pitón", explica.

"Me tuvo mucho tiempo prendido en el aire, durante unos segundos que se me hicieron larguísimos. Y, al revés que otras cornadas que he sufrido, esta me dolió muchísimo más en el mismo momento en que se produjo y me dejó sin fuerza en la pierna. Por eso pensé que era más grave de lo que finalmente ha sido", añade el torero.

Esta cornada, situada en la parte superior del muslo izquierdo y con dos extensas trayectorias que no llegaron a romper vasos sanguíneos importantes, es la segunda que, en dos años consecutivos, ha recibido Jiménez Fortes en la plaza de Bilbao.

"En realidad, es la novena de mi carrera -matiza el joven torero-, pues sufrí tres en mi etapa de novillero sin picadores, otras tres ya toreando con caballos y otras tres más con esta en los dos años que llevo de matador de toros".

La penúltima de esas cornadas fue la que recibió en la pierna derecha el pasado 4 de agosto en Marbella, por lo que su presencia en Bilbao fue duda hasta el último momento. Pero, sin recuperarse por completo de ese percance, el malagueño pidió a los médicos el alta voluntaria para poder estar ayer en el patio de cuadrillas de Vista Alegre.

"Se que son muchas cornadas para el poco tiempo que llevo en la profesión. Algunas -considera- podían haberse evitado, porque vinieron provocadas por errores, pero me han servido para aprender de ellas".

"En cambio, otras son inevitables porque se producen cuando estás totalmente entregado al toreo. Son precisamente las que hay que asumir como precio por escoger una forma de torear tan intensa y sincera como la que yo quiero desarrollar", finaliza Jiménez Fortes.

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