Jorge Drexler encandila en Tel Aviv con un concierto emotivo y cercano

  • El cantante uruguayo Jorge Drexler encandiló hoy a medio millar de personas en Tel Aviv en un concierto emotivo, muy cercano al público y regado de anécdotas y nostalgias en el que presentó su espectáculo Mundo Abisal.

Tel Aviv, 19 jul.- El cantante uruguayo Jorge Drexler encandiló hoy a medio millar de personas en Tel Aviv en un concierto emotivo, muy cercano al público y regado de anécdotas y nostalgias en el que presentó su espectáculo Mundo Abisal.

Hacía trece años que Drexler no pisaba Israel, una ausencia que no le ha hecho más desconocido para el público latino israelí, que llenó esta noche la sala Barby de Tel Aviv para escuchar temas del pasado y el presente del autor y compositor uruguayo.

Entre el público se oía español en muchos de los acentos posibles, incluido el de estudiantes con un marcado acento israelí, que coreaban y pedían sus canciones favoritas a Drexler, que dedicó casi medio espectáculo a tocar lo que la audiencia le pedía.

Empezó la noche con el tema "Hermana duda", que presentó en un hebreo precario, salpicado de español y con preguntas al público sobre cómo traducir algunas palabras.

Siguió con "Polvo de Estrellas", y no tardaron en llegar temas como "Frontera" -Yo no sé de dónde soy, mi casa está en la frontera-, y los ya clásicos "La zamba del olvido", "Raquel", "Blanco y Negro", "De amor y de casualidad" o "Sea lo que sea".

También cantó en hebreo, acompañado por el público, una canción que recordaba de su adolescencia, cuando vivió aquí un año en 1979, con catorce años.

Una de las más aplaudidas y reclamadas fue la "Milonga del moro judío", con un texto pacifista y antireligioso que choca con buena parte de lo que hoy es la sociedad israelí, muy militarizada y religiosa, y que se remata con el verso "no hay pueblo que no se haya creído el pueblo elegido".

Otros temas reclamados por el público, en un ambiente relajado e íntimo, fueron "Fusión" y "Transeúntes", este último que tocó acompañado al cajón por el músico español Pablo Martín, con quien coincidió por casualidad en Tel Aviv y al que presentó como "uno de los mejores percusionistas de España".

También cantó en inglés "Dance me to the end of love", un tema del cantante judío estadounidense Leonard Cohen.

"Me encanta Drexler porque es muy melódico y se disfruta mucho", dijo a Efe Verónica Silva, que se lamentó de no haber visto en directo a ningún artista uruguayo desde que se mudó aquí hace tres años.

El embajador uruguayo en Tel Aviv, Bernardo Greiver del Hoyo, se mostró entusiasmado con el éxito de público y explicó que la Embajada participó en la organización de este concierto "con motivo del aniversario, ayer, de la Constitución de Uruguay y, también, para celebrar los 65 años de relaciones diplomáticas entre Uruguay e Israel".

En una rueda de prensa ayer en Tel Aviv Drexler explicó que mantiene una relación contradictoria con el estado judío que transita entre el amor y la crítica.

El ganador de un Óscar por su canción "Al otro lado del río" vivió en 1979 con su familia en Jerusalén y Kiryat Ono un año "muy importante" en el que dio su primer beso, fue a su primera manifestación y le dieron libertad en el colegio para faltar a clase siempre que quisiera tocar el piano.

"Tengo con Israel una ligazón muy intensa y compleja, una relación como las relaciones de amor de verdad, que incluyen discrepancias" dijo, y se mostró "muy preocupado por el monumental lastre desde todo punto de vista que es tener dentro del país un Ejército que funciona como Ejército de ocupación".

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