José María Manzanares corta una oreja de peso en La Malagueta

  • Málaga 15 ago .- El diestro José María Manzanares ha sido el triunfador hoy del quinto festejo de abono de la Feria de Málaga al cortar una oreja, que bien pudieron ser dos.

José María Manzanares corta una oreja de peso en La Malagueta
José María Manzanares corta una oreja de peso en La Malagueta

Málaga 15 ago .- El diestro José María Manzanares ha sido el triunfador hoy del quinto festejo de abono de la Feria de Málaga al cortar una oreja, que bien pudieron ser dos.

Se lidiaron dos toros de Fermín Bohórquez para rejones, el primero muy colaborador y el segundo, parado, y cuatro de la Quinta, justos de presentación, descastados y faltos de fuerza.

El rejoneador Manuel Manzanares: ovación y silencio.

Julián López "El Juli": ovación y silencio.

José María Manzanares: oreja y ovación.

La plaza casi se llenó en tarde agradable.

Saludó al completo la cuadrilla de José María Manzanares.

Hacía su presentación en La Malagueta el rejoneador Manuel Manzanares, que ofreció una excelente sensación con el que abría plaza, un buen toro de Fermín Bohórquez con el que destacó por su templanza y buen dominio de los caballos. Sobresalió citando en corto con Garibaldi, con el que perdió un posible trofeo por su mal uso del rejón de muerte. Su segundo, un toro muy parado, le dio menos opciones y pasó un calvario para descabellarlo.

No tuvo su tarde "El Juli", que no obstante, fue ovacionado en su primero tras una faena con muletazos limpios que no terminó de calar en los tendidos por la sosería del astado. Su segundo, muy falto de fuerzas, no le permitió sacar faena por lo que optó por abreviar entre las protestas de un sector del público.

La falta de fuerza de la corrida de la Quinta fue un obstáculo con el que también se encontró José María Manzanares. A su primero, el toro más manejable del encierro, le cuajó una faena cargada de gusto y en la que tuvo la virtud de exigirle a la vez que supo medirle los tiempos. Tras una estocada recibiendo se le pidió con fuerza las dos orejas aunque el presidente sólo concedió una.

Más complicado aún fue el sexto, un toro incierto que cada vez se quedaba más corto y ante el que José María Manzanares se mostró muy firme.

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