Juan Gabriel Vásquez asegura que "la violencia del narcotráfico genera anticuerpos"

  • Madrid.- El escritor Juan Gabriel Vásquez creció en Bogotá en medio de la violencia del narcotráfico, los toques de queda y los asesinatos de políticos. Con su nueva novela, "El ruido de las cosas al caer", pone fin a esa etapa de su vida y reflexiona sobre el miedo o, lo que es peor, "la costumbre del miedo".

Madrid.- El escritor Juan Gabriel Vásquez creció en Bogotá en medio de la violencia del narcotráfico, los toques de queda y los asesinatos de políticos. Con su nueva novela, "El ruido de las cosas al caer", pone fin a esa etapa de su vida y reflexiona sobre el miedo o, lo que es peor, "la costumbre del miedo".

"Mi generación tenía miedo, pero no se veía en las caras. Nos acostumbramos a esa violencia y a desarrollar técnicas para seguir viviendo mientras caían las bombas", afirmaba hoy Vásquez (Bogotá, 1973) en una entrevista con Efe, en la que comentaba las claves de esta novela que fue galardonada con el Premio Alfaguara, uno de los más importantes del ámbito hispánico.

Considerado uno de los mejores narradores latinoamericanos con menos de 40 años, Vásquez sabe que le espera una larga temporada de viajes por España e Hispanoamérica para promocionar su novela, y, aunque siente "un poco de vértigo", confiesa que no le asusta ese trajín porque una de sus "perversiones" es que le gustan "los hoteles y los aviones".

"En mi vida cotidiana es difícil disfrutar de tres o cuatro horas seguidas para leer y estar sin móvil, sin internet, sin hijas y que te traigan la comida a la silla", bromea el escritor, cuya nueva novela se publica en todos los países de habla hispana.

Esa radiografía de una generación, la suya, atrapada por el miedo que Vásquez traza en su novela obedece también a su deseo de "dejar constancia de que parte del problema de la violencia colombiana" en los años noventa fue "la incapacidad de la sociedad de reaccionar, de indignarse".

"Durante esos años nos vimos absolutamente anestesiados por la recurrencia de los crímenes. Creo que la violencia genera anticuerpos, cada vez impresiona menos, indigna menos, se acepta, y uno se acostumbra a convivir con ella, y eso no hace más que fomentarla, que permitir de alguna manera condonar el hecho violento", comenta Vásquez.

La fuga y posterior caza de un hipopótamo, último vestigio del zoológico con el que el narcotraficante colombiano Pablo Escobar exhibía su poder, lleva a Antonio Yammara, el narrador de la novela, a entregarse "al dañino ejercicio de la memoria" para recordar unos hechos de su juventud que marcaron su vida.

Vásquez, quien desde hace 12 años vive en Barcelona, vio en 2009 la imagen del hipopótamo abatido a tiros en una revista, y ese hecho lo devolvió "de repente" a los años en que creció en Bogotá "con el miedo a las bombas, los toques de queda, los asesinatos políticos".

Entonces comprendió que su nueva novela, además de contener una historia de amistad frustrada y una doble historia de amor, iba a tratar también "sobre lo que es la convivencia de lejos, indirecta, con la violencia del narcoterrorismo".

El personaje de Ricardo Laverde, el perdedor de "El ruido de las cosas al caer", surgió de otra poderosa imagen que Vásquez guarda en su retina desde sus años de estudiante de Derecho en Bogotá: la de un hombre de unos 50 años al que el escritor vio llorar, como él "nunca" había visto "llorar a una adulto", en la casa de poesía Silva.

"Aquello me impresionó y hace unos tres años volví a pensar en eso y empecé a tratar de averiguar quién era ese hombre, qué estaba escuchando y por qué lloraba", añade el novelista.

Entre las consecuencias de la violencia, al autor de "Los informantes" le interesaba "mucho el miedo a lo que le puede pasar a la gente que quieres, es decir, la falta de control sobre nuestras vidas".

Esa cuestión está "muy presente en la novela", afirma Vásquez antes de dejar claro que su nuevo libro, aunque hable de Colombia en los años noventa y retroceda hasta los sesenta y setenta, "está escrito después de los atentados del 11 de septiembre".

"Es una novela de nuestro mundo, de terrorismo globalizado, de esa sensación de vulnerabilidad constante que sentimos quienes vivimos ahora en las sociedades occidentales, que están continuamente amenazadas", apostilla.

A Vásquez no le "cabe la menor duda" de que la solución para acabar con el narcotráfico es "legalizar la droga".

Su consumo ha existido "siempre", pero "esas mafias criminales, terroristas, con una inmensa capacidad de corrupción, como las que hay en Colombia, solo existen desde el momento en que comienza la guerra contra las drogas".

Por Ana Mendoza.

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