Juan Ortega sufre una cornada en la segunda de Almería

Almería, 22 ago.- El novillero Juan Ortega cortó la única oreja en el segundo festejo de la feria de Almería, celebrado hoy, pero no pudo saborear al triunfo al resultar corneado en los últimos compases de la faena al sexto.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos del Marqués de Domecq, bien presentados, bajos de raza y de juego variado. Los mejores, los tres primeros, aunque a menos.

Víctor Barrio, vuelta tras petición de oreja y silencio tras aviso.

David Galván, ovación y gran ovación.

Juan Ortega, ovación y oreja que recogió, pero no paseó al tener que ser llevado a la enfermería.

En la enfermería fue operado Juan Ortega de "herida inciso contusa de 6 centímetros en la cara interna del tercio superior de la pierna derecha, con tres trayectorias, una superficial hacia arriba de 4 centímetros, otra también hacia arriba de 8 centímetros que rompe la fascia y el gemelo interno además de contundir el paquete vásculonervioso, respetándolo, y la tercera hacia adentro y transversal de 10 centímetros que dislacera el gemelo y músculo sóleo".

Fue intervenido bajo anestesia general. El pronóstico es menos grave, y pasó a la clínica Mediterráneo de Almería donde quedó ingresado.

La plaza tuvo más de media entrada en tarde de calor.

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ORTEGA, LA CARA Y LA CRUZ

Víctor Barrio rayó a gran altura en su primero, al que recibió a "portagayola" y toreó por verónicas en el recibo y por tafalleras en un airoso quite. En el último tercio el utrero de Marqués de Domecq se desplazó hasta mitad de faena, lo que aprovechó Barrio para pegarle tres buenas series a derechas con asentamiento y lentitud.

Al natural no hubo tanta continuidad. Mató a la primera y le llegaron a pedir la oreja, que no le concedió el presidente, por lo que tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo.

El cuarto fue el novillo más complicado del envío, con el que Barrio no pasó de las probaturas.

David Galván también protagonizó una buena tarde. A su primero le pudo haber cortado una oreja si hubiera andado más acertado con la espada. Galván se había mostrado variado con el capote, y elegante y solvente con la muleta, pero, ya está dicho, falló al matar.

Con el quinto fue otro cantar. Novillo con muchas complicaciones, que le llegó a voltear a mitad de faena, y con el que estuvo firme y con mucho arrojo. También falló a espadas.

Juan Ortega dejó pinceladas de muy buen aire en su primero, en una faena que no llegó a coger vuelo a pesar de las buenas intenciones que tuvo el novillero.

En el sexto salió Ortega a por todas con un novillo incierto con el que se mostró decidido y valiente. La pena fue que en las postrimerías de la faena resultó prendido y sufrió una cornada en la pierna de derecha.

Ortega, con la pierna sangrando, decidió mantenerse en el ruedo hasta dar muerte al novillo. Tras una estocada certera y fulminante cortó la oreja, pero posteriormente tuvo que ser llevado a la enfermería para ser operado. EFE

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