La CDN se ajusta el corsé de lo clásico y lo hace con un éxito rotundo

Concha Barrigós.

Madrid, 14 mar.- El ballet nació en el XVIII con el vocabulario académico etéreo y preciso que José Carlos Martínez ha querido recuperar para la Compañía Nacional de Danza (CND), un corsé clásico que se ha ceñido esta noche, por primera vez tras 23 años dedicada en exclusiva a lo contemporáneo, con un éxito rotundo.

En una gala en el Real presidida por la Reina, que al finalizar ha subido al escenario a saludar a la compañía, los 20 bailarines de la CNDc -c minúscula de "clásica"- se han esmerado en sacar brillo a la cera de sus puntas, un trabajo que han compartido con la maestría de las estrellas invitadas: Lucía Lacarra y Marlon Doni.

Martínez, durante 14 años bailarín estrella del Ballet de la Ópera de París, ha sabido espolear a sus bailarines para que se adaptaran al nuevo ritmo de la compañía y el público, entre el que estaba también el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se lo ha agradecido con la mayor ovación de la noche.

El programa, "adelanto" de lo que quiere llegar a ser y anticipo del estreno de "Romeo y Julieta", también en el Real a partir del 16 de abril, ha mezclado música de Rachmaninov, Tchaicovsky, Gershwin, Grieg, el padre Soler y Scarlatti y movimiento firmado por Petipá -revisado por Ray Barra-, Balanchine, Tony Fabré, Ben Stevenson y el propio Martínez.

El director de la CND ha querido dar su sitio al pasado de la compañía con una pieza que la formación bailó hace 23 años, "El cisne blanco".

En esta ocasión, los nueve minutos creados por el norteamericano de ascendencia española Ray Barra -que fue director de la CND- a partir del paso a dos del II acto de "El lago de los cisnes" de Ivanov-Petipa, con música de Tchaikovsky, los han bailado una Lacarra (Zumaia, Guipúzcoa) en estado de gracia acompañada por el no menos sublime albanés Marlon Dino.

Ambos han mostrado la complicidad, entrega y sentido de la trascendencia del movimiento que les ha ganado el favor del público en su compañía, el Ballet de Munich.

También ha habido un guiño a "los 20 años de compañía en los que Duato la llevó a la excelencia internacional", en palabras de Martínez, que es "Holberg suite".

Con coreografía del que fue mano derecha de su antecesor y director de la CND2, Tony Fabré, con música de Edvard Grieg, la pieza, que bailan 8 artistas, entre ellos Rodrigo Sanz, que abandonó el Ballet de la Ópera de Viena por esta formación, es un trabajo abstracto donde las imágenes se suceden sin una relación argumental.

De George Balanchine, uno de los coreógrafos preferidos por Martínez, ha incluido la "masterpiece""Who cares?", compuesta por George Gershwin, que ha estrenado la CND tras una ardua negociación con la Fundación George Balanchine, a la que enviarán el vídeo de su actuación en el Real para lograr los derechos de otras obras.

La han bailado las solistas Seh Yun Kim, Noëllie Conjeaud y Yae Gee Park junto a Moisés Martín Cintas, muy aplaudidos por su compacta interpretación.

"Tres preludios", con coreografía de Stevenson y música de Serguei Rachmaninov interpretada en directo al piano por Rosa Torres-Pardo, refleja con mucha delicadeza el trabajo en un estudio de danza con un romántico paso a dos interpretado por Seh Yun Kim y Toby William Mallit.

La segunda parte la han ocupado completamente los 25 minutos de "Sonatas", una creación de él con música de Domenico Scarlatti y el Padre Soler tocada en directo también por Torres-Pardo, que la CND ya bailó el año pasado y que quería integrar en la gala de ahora "por su magia" y que han bailado, junto con otros 15 intérpretes, Lacarra y Dino.

El germen de la CND fue el Ballet Nacional de España Clásico, creado en 1979 con Víctor Ullate como director, al que luego llegaron María de Ávila, Ray Barra y Maya Plisetskaya, hasta Nacho Duato, que tomó sus riendas en 1990 y la convirtió en una formación exclusivamente contemporánea.

Martínez tomó las riendas de la CDN, tras un año de transición de la mano de Hervé Palito, en septiembre de 2011, tras ganar el concurso abierto por el INAEM con el compromiso de convertir a la formación en una compañía versátil, capaz de bailar también clásico y neoclásico.