El puerto del Pireo, en Atenas, Grecia, posee dos tipos de muelles, que explican con fidelidad dos modelos económicos totalmente contrapuestos. El muelle 1 es público y las conquistas sindicales logran que sus trabajadores puedan llegar a cobrar hasta 140.000 euros al año, incluidas horas extras. Sin embargo, su actividad está en claro declive.
El muelle 2 del Pireo lo gestiona, curiosamente, una empresa estatal china. Sus empleados son griegos, pero ganan menos de 18.000 euros gracias a sus contratos temporales. Cada grúa de este último muelle la accionan cuatro operarios, frente a los nueve de su cercano competidor.
Así, ese muelle 2, gestionado por Cosco, empresa china, triplica desde hace tres años su volumen de mercancías. La historia ya la publicó The New York Time y ahora Aleix Saló la rescata para los últimos fragmentos de su nuevo libro ilustrado, Europesadilla (Debolsillo, 2012), título que prosigue el tono crítico y mordaz de Españistán–por qué España entró en crisis- y Simiocracia–por qué son tan ineptos los políticos-.
"La llegada de esta empresa al Pireo es el primer paso de un plan mucho más ambicioso del gobierno chino. Tan solo se trata [de cómo] una potencia económica invierte en un país rescatado por el FMI y contrata en precario a su población. Lo que nadie hubiera esperado hace años es que el primero fuera China y el segundo un país de la Eurozona", narra Saló en Europesadilla.
¿Veremos cómo Europa implanta las condiciones labores de China o el modelo flexible de Estados Unidos?
La misma pregunta se realiza Aleix Saló en las últimas páginas de Europesadilla. Cuando el lector llega a esta reflexión, comparte la misma inquietud que el autor catalán. Saló nos está enviando un mensaje, casi un pronóstico. Si esto ocurre en el Pireo griego, puede que también se extienda a toda Europa.
"La duda que me atañe, ante este escenario de competitividad desaforada, es si podrá sobrevivir el modelo de estado del que tan orgullosos estábamos los europeos", añade en su nuevo título.
En Europesadilla, Saló nos dice implícitamente que los europeos trabajaremos, tarde o temprano, como los ciudadanos chinos, para así poder competir contra el gigante asiático y el resto de economías.
"Hace 10 años, el planeta entero utilizaba móviles de marca europea –Nokia-. En 2013, la compañía que vende más smartphones en el mundo es coreana –Samsung-", narra Saló en las últimas páginas.
En este nuevo libro, el autor realiza un recorrido histórico y satírico de cómo se construyó la Europa que conocemos –"un monstruo de Frankenstein monetario"- y que hoy está sumida en una profunda crisis.
¿Hasta cuándo? Es otra de las preguntas que traza Aleix Saló.
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