La feria de Fallas cierra con Castella y El Juli en Valencia

  • Valencia.- Un gran toro de Victoriano del Río, y dos toreros también a lo grande, Sebastián Castella y "El Juli", son las referencias del triunfal festejo que cerró hoy la feria de Fallas en Valencia.

La feria de Fallas cierra con Castella y El Juli en Valencia
La feria de Fallas cierra con Castella y El Juli en Valencia

Valencia.- Un gran toro de Victoriano del Río, y dos toreros también a lo grande, Sebastián Castella y "El Juli", son las referencias del triunfal festejo que cerró hoy la feria de Fallas en Valencia.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de, por orden de salida: Juan Pedro Domecq, lidiado como sobrero por otro del mismo hierro, flojo y desrazado; Núñez del Cuvillo, en la línea del anterior; Garcigrande, anovillado pero con temperamento; Manolo González, deslucido; Victoriano del Río, extraordinario por bravo y buen son; de nuevo Garcigrande, apagado; y Carmen Lorenzo, manejable.

Enrique Ponce: estocada (oreja tras aviso).

José Antonio "Morante de la Puebla": estocada corta (oreja).

Julián López "El Juli": estocada casi entera y dos descabellos (dos orejas).

David Fandila "El Fandi": pinchazo y estocada (ovación).

Sebastián Castella: estocada baja (dos orejas).

José María Manzanares: estocada (ovación).

Cayetano Rivera: tres pinchazos, estocada y dos descabellos (silencio tras aviso).

La plaza rozó el lleno en tarde lluviosa, con agua en todo el festejo.

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NO HAY QUINTO MALO

Un sólo toro de Victoriano del Río ha venido a arreglar el desastre ganadero que ha caracterizado la feria.

El toro en cuestión saltó en quinto lugar, y estaba tan bien hecho que ha embestido como pocos, cumpliéndose así una doble sentencia muy taurina: "no hay quinto malo", y "el toro que embiste es el que está en tipo".

Sin exageraciones de volumen, dio en la báscula 501 kilos, pero era serio y estaba bien armado. Lucía trapío y ha tenido bravura de sobra. Toro exigente y agradecido a la vez, pues haciéndole las cosas bien su respuesta fue inmejorable.

Castella acertó con traerlo (cada torero había elegido en el campo) y fue suerte también para el toro tener delante al francés. La sincronización entre toro y torero fue perfecta. Y el espectáculo, total.

Había toreado muy bien "El Juli" al tercero, del que se llevó las dos orejas. Y cuando daba la impresión de que la tarde podía haber terminado ahí en lo artístico por el tinte triunfalista que inundaba todo, entraron en acción los susodichos toro y torero. Sin ánimo de molestar aquello parecía un festival, por la falta de rotundidad en los triunfos.

Castella toreó al "victorianodelrío" a placer, con relajo y hondura, enganchándole por delante y llevándolo muy atrás. Suavidad y magnífica compenetración. Fibra y emoción en la faena, muy compacta, muy solemne. Todo muy de verdad.

El toro tomaba los engaños con codicia y mucho estilo. Pronto y humillado, largo, abriéndose lo suficiente para permitir los desahogos posibles y necesarios.

Lástima que la estocada cayó casi en el segundo sótano. Aún así le dieron las orejas y todavía hubo pañuelos pidiendo el rabo, lo que, en cierto modo, explica ese ambiente facilón ya apuntado. No obstante, es sólo la estocada el único pero al triunfo de Castella.

"El Juli", quede también constancia, tampoco le fue a la zaga con el primero de los dos toros de Garcigrande que se lidiaron, el tercero. El de Velilla de San Antonio vino a reafirmar el buen momento que atraviesa, por su planteamiento de faena y por la forma de resolverla.

Se vino cruzado el toro un par de veces en el capote, primero al banderillero Álvaro Montes y después al propio "Juli", pero no lo tuvo éste en cuenta, al dar orden al picador para que lo dejara crudo. Así se desplazó mucho y muy rápido el toro, con nervio.

"Juli" le frenó el ímpetu a base de temple, de firmeza y poderío. Excelente compostura en el toreo al natural, de pases muy hilvanados, de trazo largo, firme y muy sentido.

Cortó las dos orejas después de dos descabellos, pero ya está dicho lo del carácter beligerante del público y del "palco".

Ponce tuvo un toro de Juan Pedro Domecq que no aportó absolutamente nada, al que toreó con elegancia pero sin profundizar. Pases limpios pero de uno en uno, con el toro muy quedado. Faena "light" a pesar de la oreja.

Y tanta condescendencia con "Morante", que esta vez no pasó de los detalles. El toro de Núñez del Cuvillo punteaba por arriba y por abajo se venía al suelo. "Morante" tuvo poca tela para cortar, pero hubo oreja.

"El Fandi" se las vio con uno de Manolo González que se frenaba en el centro de las suertes y echaba la cara arriba. Un par de momentos de apuro con la muleta, y menos mal que no tenía fuerzas el toro. Antes se había lucido con el capote y sobre todo con las banderillas, como es habitual en él. Pero insuficiente para premio.

Manzanares cargó con uno de Garcigrande que embestía despacio, con la cara natural, es decir, sin humillar, a media altura. Ninguna "transmisión" por parte del toro, que se agotó enseguida. La faena del alicantino fue un simple proyecto.

Cayetano, con altibajos en el toro último. Empaque y donosura en ocasiones, mas otras veces le salió deslavazado. Fue también faena de amor propio, no obstante, sin espada.

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