La mirada provocadora del estadounidense Mapplethorpe llega a París

  • Las provocadoras fotografías del estadounidense Robert Mapplethorpe, que retrató con un estilo neoclásico el Nueva York alternativo y libertario de los años setenta y ochenta, llegan a París con la mayor retrospectiva dedicada a este artista.

Maria Llort

París, 24 mar.- Las provocadoras fotografías del estadounidense Robert Mapplethorpe, que retrató con un estilo neoclásico el Nueva York alternativo y libertario de los años setenta y ochenta, llegan a París con la mayor retrospectiva dedicada a este artista.

Mapplethorpe (1946 -1989), según el comisario de esta muestra organizada en el Grand Palais, Jérôme Neutres, sorprendió y escandalizó con muchos de sus trabajos por recurrir a "la estética más refinada para ennoblecer temas tabú".

El cuerpo humano, en su opinión, pasaba por su lente con el objetivo de demostrar que "no había partes vergonzosas, sino que todo era noble y dependía de cómo se mirase", y su trabajo incluye escenas explícitamente sexuales y otros retratos, de los que se han traído a París más de 250 imágenes.

"Estoy obsesionado por la belleza, quiero que todo sea perfecto", reiteraba en muchas entrevistas el autor, que dotó a su obra de una dimensión clásica y que confesaba que quería ser considerado en primer lugar como un artista y luego como fotógrafo.

El propio Mapplethorpe explicaba que "si hubiese nacido cien o doscientos años antes hubiese sido escultor, sin duda", pero la fotografía era el medio idóneo para una época con un ritmo de vida frenético.

Por su objetivo pasaron actores como Richard Gere, artistas como Roy Lichtenstein y Yoko Ono y escritores como Truman Capote, aunque una de las artistas que más le influyó y a quien también retrató fue la cantante de la voz rota Patti Smith, su compañera sentimental durante unos años, antes de aceptar plenamente su homosexualidad.

Su otra musa fue la culturista estadounidense Lisa Lyon, cuya figura musculosa encarnaba un ideal estético para este fotógrafo, quien consideraba que se parecía a las modelos de Miguel Ángel.

La escultura clásica, especialmente la de ese pintor y escultor italiano, a quien reivindicaba como "modelo absoluto", fue su principal referencia en el tratamiento de los desnudos, aunque también hay influencias de Caravaggio en los claroscuros, según Neutres.

Para el organizador de la exposición, algunas de sus obras "se alejan de la fotografía y parecen cuadros", gracias al uso de técnicas mixtas como la fotografía sobre tela.

Mapplethorpe se mostraba también especialmente orgulloso de sus retratos de flores y aseguraba que prefería estas imágenes, en las que cuidaba particularmente el color, a la naturaleza real.

Su innovación artística dejó huella en muchos creadores, no solo fotógrafos, sino también cineastas como el español Pedro Almodóvar, que ha reivindicado su influencia y que en 2011 fue el comisario de una exposición dedicada a Mapplethorpe en la galería madrileña Elvira González.

"Hay una correspondencia entre sus obras", explicó Neutres, quien destacó como algunos denominadores comunes el protagonismo de las mujeres, la homosexualidad y el imaginario cristiano.

Mapplethorpe, que falleció enfermo de sida, nació en una familia católica practicante y mantuvo la fe toda su vida, aunque, según el comisario, siempre se debatió entre "sus deseos de libertad sexual y la cultura tradicional".

Algunos de los elementos que reflejan el peso de la religión en sus creaciones son los posados con los brazos en cruz y la forma de exponer las fotografías, creando composiciones muy semejantes a las que se encuentran en las capillas.

Esta iconografía contrasta con otros retratos en los que el modelo posa con unos cuernos "luciferinos", en un antagonismo propio de la carrera de Mapplethorpe, que contraponía en sus exhibiciones las fotografías de naturaleza muerta con imágenes de detalles anatómicos, y el erotismo sutil con las escenas explícitas.

La muestra, que se podrá visitar desde el miércoles hasta el 13 de julio, coincidirá con otra organizada por el Museo Rodin del 8 de abril al 21 de septiembre, en la que también se incide en esa dimensión clásica yuxtaponiendo las esculturas del francés con los trabajos del estadounidense.

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