La poderosa sombra de Kylian cobija a una CND elegante, crecida y sensual

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 16 jun.- Elegante, precisa y sensual, la Compañía Nacional de Danza (CND) ha enseñado esta noche en la Zarzuela los modos y maneras que José Carlos Martínez les ha inspirado en los escasos meses que lleva de director y ha deleitado al auditorio con su brillante, exquisita e inédita "noche Kylián".

Martínez contaba que desde que llegó, en septiembre de 2011, a la CND quería programar "Petite mort" de Jirí Kylián, "una pieza clásica, esencial, que se seguirá bailando dentro de 100 años", y que fue el propio coreógrafo checo el que eligió "La Sinfonía de los Salmos" y "Sleepless" para completar una "noche" dedicada a él, y que es, a su vez, una combinación nunca vista antes.

En el estreno de "Una noche con Kylián", el público, entre el que estaba el director del Ballet Nacional de España (BNE), Antonio Najarro, ha aplaudido con entusiasmo cada una de las piezas aunque con más fervor las dos últimas, "Petite morte" y "La Sinfonía de los Salmos".

La que abierto el programa -en cartel hasta el 27 de junio-, "Sleepless", es la más contemporánea, estrenada en 2004 por la segunda compañía de los jóvenes del Nederlands Dans Theater (NDT II).

Los seis bailarines de "Sleepless" entran y salen de sueños y pesadillas por las siete "incisiones", en homenaje al pintor Lucio Fontana, practicadas en una pantalla plástica que les sostiene a la vez que les engulle, mientras ellos hacen piruetas que parecen imposibles en medio de una inquietante versión del adagio y rondó en do menor de Mozart de Dick Haubrich.

Kylian explica que esta pieza juega con la idea de lo bidimensional, lo que parece y lo que es, y por ello cada movimiento sugiere siempre una longitud de onda distinta de la evidente.

A continuación, el escenario se ha llenado con la potente, simple y sensual propuesta escénica de Roslyn Anderson para "Petite mort", una forma francesa y árabe de llamar al orgasmo.

Ellos, con "culotte" de color maquillaje -el "carne" de siempre- y floretes en mano, y ellas, escudadas tras un traje de menina negro, se han acompasado a la lentitud y belleza de dos de los conciertos de piano más conocidos de Mozart, el KV 488 y el KV 467 en un espacio construido solo con luz.

Estrenada en 1991 en el Festival de Salzburgo y en el repertorio de la CND desde 1995, "Petite mort" juega con ironía con la sexualidad, la agresión, la claudicación, la insensatez y la vulnerabilidad y en ella, los 12 bailarines de la CND se han crecido alargando su intención y sus movimientos hasta el infinito.

"La Sinfonía de los Salmos", que la CND estrenó en 1999 y que baila la mayoría de la compañía, es decir, 18 personas, es "una pieza muy actual" a pesar de ser de que Kylián la creó en 1979 porque, según Martínez , "habla de dificultad, de crisis" y siendo muy clásica "se abre al futuro".

Es un poco, señalaba, como "la evolución de la propia CND", de la que se despedirán con este programa siete de sus bailarines, que han decidido emprender otros derroteros.

Martínez ha "debutado" con "Una noche con Kylián" con su primer programa propio, ya que el anterior, estrenado en enero, "Work in progress", era un recuerdo deferente al legado de 20 años de Nacho Duato, con cuatro obras muy distintas del "estilo" del valenciano, a pesar de que él ha prohibido a la compañía que baile sus coreografías.

"No tenemos repertorio y conseguirlo es nuestra urgencia vital", admitía Martínez en la rueda de prensa de presentación de la "noche Kylian" por eso ha querido que los bailarines que tuvieran esa inquietud pudieran hacer coreografías, que podrán verse también en la Zarzuela los días 30 y 1 de julio.

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