Madrid.- El quehacer poético de la extremeña Pureza Canelo ha ido lentamente hacia la desnudez más absoluta. Una limpieza de palabras y una profundidad de pensamiento que ha plasmado en "A todo lo no amado", el poemario que ganó el XV premio internacional Ciudad Torrevieja y que acaba de publicar Plaza Janés.
Pureza Canelo (Moraleja, Cáceres, 1946), que obtuvo el premio Adonais en 1970, el Juan Ramón Jiménez en 1980 y el Francisco de Quevedo en 2009 por su libro "Dulce nada", y que dirige la Fundación Gerardo Diego desde 2009, ha presentado hoy el poemario premiado acompañada de la poeta Clara Janés, miembro del jurado que falló el galardón y anterior ganadora de este premio.
"Este es un libro de madurez con todas las armas, códigos o registros y con el que me he entregado a la idea, a la verdad y a la belleza", ha explicado esta mujer a la que la vida le inspira tanto como la poesía.
Canelo ha explicado que se ha entregado a la idea como "confirmación de la existencia". Y a la verdad, "porque es un libro que nace desde el conocimiento de la vida, no desde la literatura ni desde la astuta fabulación".
Finalmente la poeta ha justificado su obsesión por la belleza y ha precisado que "es el fin que persigue todo poeta, y yo desde mis primeros libros".
"El lenguaje poético -ha precisado- es mi obsesión, porque ahí radica la vida del poema. Me interesa la poesía poética, y no la literatura que se diluye en la prosa y las descripciones. Todo está dicho pero hay que tener una voz que se distinga de otra. Hablo desde el poso de los años a través del recuerdo, y desde dos vidas".
"La interior, mediante el pensamiento -continúa- y la reflexión, y la externa, que se manifiesta en el libro a través de las ramas, la viña o el río". Y es que esta poeta ha alimentado toda su infancia con el paisaje de una naturaleza extremeña que hace propia. "Yo soy esa rama" ha matizado.
"Lo no amado fue/y de ello nacieron ramas/unas deformes/otras inocentes/en la complejidad de un tiempo recorrido en el universo" escribe la autora. Canelo ha dejado siempre un poso de tiempo entre libro y libro, porque asegura que no le interesa "el ruido de la literatura".
"El poeta suele callarse, como hicieron muchos, como José Hierro o Celaya, porque hay que vivir, cargar pilas. Hay que ir a la escritura cuando ésta te llama. Yo he ido escribiendo cuando yo he llamado a la poesía o ella me ha llamado a mí".
Así que, con este "A todo lo no amado", en el que habla de todo aquello que no fue y todo lo que no amó, Canelo cierra su trilogía "La negación desde la afirmación", que inició con "No escribir" y continuó con "Dulce nadie".
Por Carmen Sigüenza
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