La Seo de Zaragoza, una catedrales con enigmas sin resolver

Zaragoza, 24 oct.- El escritor e historiador José Luis Corral ha presentado hoy en Zaragoza su último ensayo "El enigma de las catedrales" y ha reconocido que estas aún guardan aún muchos enigmas sin resolver.

Corral, que ha estudiado durante diez años los secretos de 130 de estos templos para elaborar este libro, ha señalado a Efe como uno de los que aún no tiene repuesta el que la Seo de Zaragoza sea el único edificio cristiano cuya cabecera está orientada al norte en lugar de hacia "el sol naciente".

El estudioso ha asegurado que las catedrales guardan todavía muchos enigmas sin resolver, símbolos grabados en piedra o imágenes de las que se desconoce su significado porque "se ha perdido el diccionario de los signos".

Lo que sí ha recuperado en este ensayo es la idea de que la catedral fue "una de las aportaciones más extraordinarias de Occidente", dotadas de un arte y una arquitectura "extraordinaria".

Por ello ha confiado en que este trabajo sirva para poner de manifiesto la importancia de estas catedrales, el avance intelectual y de pensamiento que supusieron y para activar la visita a unos templos, algunos de los cuales siguen siendo el edificio "más grande e importante" de la ciudad en la que se erigió, como la catedral de Burgos o la de León.

Precisamente porque las catedrales eran la imagen del poder de la Iglesia o de la realeza, ya que, por ejemplo, en Aragón un monarca no ejercía como rey legítimo hasta que no se coronaba en la catedral de La Seo, pero también eran "símbolos de la unidad de acción de un pueblo para conseguir algo", ha explicado Corral a los medios.

Como en la Edad Media la mayoría de la población no sabía leer, las catedrales "funcionaban como un libro" en el que se podía aprender la historia del mundo desde el origen de la creación hasta el juicio final.

Para Corral son edificios "trascendentales", por ejemplo, en el concepto de la luz, debido al reto arquitectónico que supuso la apertura de ventanas, pero también en las vidrieras, fabricadas con un material "tan extraordinario" que no se ha podido imitar y que conseguían un efecto lumínico que solo se puede admirar en las catedrales que conservan los originales, como la de León.