Lacey: A.Saudí tiene "gran responsabilidad" ideológica en la formación del EI

  • El historiador británico Robert Lacey subraya que, "ideológicamente, Arabia Saudí, como fuente del Islam fundamentalista, tiene una gran responsabilidad por las ideas que inspiran al Estado Islámico" (EI), si bien afirma que financieramente no lo apoya.

Fernando Prieto Arellano

Madrid, 10 nov.- El historiador británico Robert Lacey subraya que, "ideológicamente, Arabia Saudí, como fuente del Islam fundamentalista, tiene una gran responsabilidad por las ideas que inspiran al Estado Islámico" (EI), si bien afirma que financieramente no lo apoya.

En una entrevista a Efe con ocasión de la reciente publicación en español de su libro "En el Reino" (ECC Ediciones), un amplio y personal estudio sobre la actual Arabia Saudí y que es la continuación actualizada de su obra "El Reino", de 1981, Lacey resalta que este país, "en cierto sentido, fue construido sobre la Yihad y por yihadistas".

Con su idea del califato, refundado públicamente por su líder, Abu Bakr El Bagdadi, el pasado junio en la ciudad iraquí de Mosul, El Estado Islámico (en palabras del historiador británico "un monstruo que llevará mucho tiempo controlar") aboga por extender su concepto sociopolítico y religioso del Islam por todas aquellas tierras que en su tiempo formaron parte de la "Umma", la comunidad (política y religiosa) de los creyentes.

Algo parecido, apunta Lacey, es lo que ocurrió en la segunda década del siglo XX, cuando la Casa de Saud (el elemento nutricio y fundador de Arabia Saudí, el único estado patrimonial del mundo) "creó un imperio".

Sin embargo, apunta el historiador británico, entonces, y contra el deseo de los elementos más proclives a la yihad, la Casa de Saud, decide no ir más allá de los límites de la península arábiga; los yihadistas, por el contrario, "pretendían continuar" su avance "hacia lo que en ese momento eran (las actuales) Irak, Siria y Jordania".

La consecuencia de esa dicotomía, argumenta Lacey, es muy similar a la que se vive hoy en esa misma región. En aquel momento, hace ya casi un siglo, Arabia Saudí tuvo que pedir ayuda a los occidentales (en particular al Reino Unido) para que frenasen el avance yihadista, cosa que se consiguió, no sin un gran esfuerzo.

Lacey subraya que "actualmente, en Siria e Irak hay aviones saudíes bombardeando objetivos yihadistas. Están implicados más aviones saudíes que británicos en este momento. Aunque, claro, cuando nos referimos a los aviones saudíes hablamos de aviones norteamericanos cuyos pilotos han recibido entrenamiento norteamericano, y muchos de esos pilotos son miembros de la familia real".

"Financieramente -recalca- , sabemos que el gobierno saudí no apoya al Estado Islámico. Eso ya no es cierto. Lo era en la década de los 80 del siglo pasado, cuando tanto Estados Unidos como Arabia Saudí apoyaban las fuerzas que terminarían convirtiéndose en Al Qaeda", la red terrorista liderada por Osama Bin Laden, a la sazón también saudí, como 16 de los 19 autores materiales de los atentados del 11S.

En opinión de Lacey, "Estados Unidos fue clave en el nacimiento de Al Qaeda" por su propia conveniencia política, "cuando pretendía expulsar" a los soviéticos de Afganistán (país que ocuparon entre 1979 y 1989) "y todavía hoy estamos pagando el precio".

No obstante, argumenta, "si buscamos partidarios del Estado Islámico en los países del Golfo, hay que mirar a Kuwait, donde ni siquiera hay una ley que prohíba financiar el terrorismo, o Catar."

En su libro Lacey presenta la imagen de Arabia Saudí como una especie de doctor Frankenstein que crea monstruos como Bin Laden, cuyo antecedente podría ser -y así lo explica con todo detalle el historiador británico- el yihadista Juhayman Al Otaibi, quien el 20 de noviembre de 1979 y durante dos semanas, ocupó al frente de varias decenas de fanáticos seguidores el recinto de la mezquita principal de La Meca, el lugar más sagrado del Islam.

Al cabo de ese tiempo todos los yihadistas estaban muertos o habían sido hechos prisioneros; también el propio Juhayman, quien fue ejecutado en público junto a varios de sus secuaces sin abjurar de la idea de que él era el "Mahdi", el "oculto", el enviado de Dios.

La visión de Juhayman, destaca Lacey, "fue la primera que tuvimos del fundamentalista islámico. Bin Laden fue la siguiente, y ahora se ven por todas partes. Creo que el gobierno de Arabia Saudí es tan consciente de este problema que no vamos a verlo emerger allí". Sin embargo, "el Estado Islámico es un monstruo que llevará mucho tiempo controlar".

Pese a los problemas que han tenido sus libros en Arabia Saudí, cuyas autoridades los han prohibido, Lacey, que ha vivido largas temporadas en ese país, mantiene "una visión y un criterio compasivos y comprensivos" sobre el mismo.

"La verdad es que adoro Arabia Saudí. He tenido la suerte de poder vivir allí y creo que, cuando vives en un lugar, terminas entendiendo" su idiosincrasia, "que no siempre es obvia para la gente de fuera", afirma.

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