Las fuentes de Roma, el recurso del turista para paliar el calor

  • Roma.- Las altas temperaturas que se registran en estos días en Roma empujan a los miles de turistas a buscar la sombra o aprovechar el agua de las monumentales fuentes repartidas por la ciudad, en las que no dudan meter los pies, refrescarse la cara o incluso bañarse, y buscan las vueltas a los municipales.

Las fuentes de Roma, el recurso del turista para paliar el calor
Las fuentes de Roma, el recurso del turista para paliar el calor

Roma.- Las altas temperaturas que se registran en estos días en Roma empujan a los miles de turistas a buscar la sombra o aprovechar el agua de las monumentales fuentes repartidas por la ciudad, en las que no dudan meter los pies, refrescarse la cara o incluso bañarse, y buscan las vueltas a los municipales.

La Ciudad Eterna cuenta con un gran sistema de distribución de aguas desde la época de los romanos y algunos acueductos construidos en aquellos años todavía están en uso, aunque pierdan por el camino miles de litros del apreciado líquido elemento, sobre todo en esta época estival.

Roma dispone de cerca de 300 fuentes monumentales, repartidas por toda la ciudad, de las que la mitad están en palacios, casas, villas y jardines, un número que en algunas época del año se queda corto para poder refrescar a las decenas de miles de turistas que, mochila y cámara de fotos y vídeo en ristre, patean sus plazas y calles y buscan las bellezas de la capital italiana.

La alta humedad de Roma, unida a los cerca de 45 grados que se han llegado a alcanzar en estos días, propicia que los romanos y los turistas sientan el ya llamado "efecto sauna": la ropa pegada al cuerpo, la piel pegajosa y una sensación de calor que no corresponde con lo que marcan los termómetros.

El turista lo padece más que el romano, ya que si va al hotel o pensión a ducharse, ese tiempo que "pierde" no puede dedicarlo a conocer los miles de sitios monumentales de la ciudad o disfrutar sus museos.

Así que, resignado, botella de agua en mano, sólo le queda sudar y pasar calor... hasta que se tropieza con una fuente y la necesidad de refrescarse le hace violar la normativa municipal, que impide meterse en las fuentes o caminar con el torso desnudo o escaso de ropa.

Por ello, no es extraño ver en la monumental plaza Navona como decenas de turistas meten los pies en sus tres grandes fuentes, mientras observan extasiados la Fuente de los Cuatro Ríos o la del Moro, obras maestras del gran Gian Lorenzo Bernini.

Y no son las únicas. La fuente de la Barcaccia, en la plaza de España, la del Tritone, en la plaza Barberini; las de la plaza Venecia, la del Viminale y las de la plaza del Popolo, entre otras, ofrecen en estas fechas la misma imagen: turistas acalorados que respiran hondo cuando el agua recorre su cuerpo, aunque sólo sea los pies.

La normativa capitalina impide introducirse en las "fontanas" y donde se lleva a rajatabla, especialmente, es en la mundialmente famosa Fontana de Trevi, que llena con su majestuosidad barroca, su estatua de Neptuno y sus caballos y cascadas toda una plaza, cita de miles de turistas que lanza una moneda y esperan, como dice la tradición, volver a la Ciudad Eterna.

Junto a las fuentes monumentales conviven en Roma cientos de pequeñas fuentes, prácticamente en cada esquina, de las que hasta ahora emanaba permanentemente agua.

Sin embargo, corren tiempos duros, ya que el Parlamento aprobó recientemente la ley promovida por el Gobierno de Silvio Berlusconi que reforma los servicios públicos en Italia y que, entre otras medidas, prevé la liberalización de la distribución del agua corriente.

A partir de ahora, el agua ya no correrá a borbotones y no se despilfarrará. Los turistas podrán llenar sus botellas y refrescarse, pero tendrán que pulsar los grifos que serán instalados en las fuentes.

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