Las lecciones de gimnasia punk de Emir Kusturika y su banda en el Circo Price

  • ¿Se acuerdan de Jane Fonda? Olvídenla: Emir Kusturica y su banda, The No Smoking Orchestra, han asentado hoy en el Teatro Circo Price las bases del nuevo "fitness". Mezcla de música balcánica con punk, jazz y ska, diversión e implicación son algunas de las claves.

Pablo Cantó

Madrid, 31 jul.- ¿Se acuerdan de Jane Fonda? Olvídenla: Emir Kusturica y su banda, The No Smoking Orchestra, han asentado hoy en el Teatro Circo Price las bases del nuevo "fitness". Mezcla de música balcánica con punk, jazz y ska, diversión e implicación son algunas de las claves.

Emir Kusturica, también director de cine, visitó España hace unas semanas para presentar su último espectáculo, la versión de teatro musical de su película "Tiempo de gitanos" (1988). Hoy ha vuelto para dejar, junto a su banda, uno de los conciertos más hiperactivos y divertidos del ciclo Veranos de la Villa, que concluye en una semana.

Pasados escasos minutos de las 21:30 horas, la protocolaria megafonía del Circo Price anunciaba que el concierto iba a comenzar. Todavía no se habían apagado las luces y muchos de los asistentes ya daban pequeños saltos. Unos lo hacían por emoción, y otros, porque sabían lo que se les venía encima: estaban calentado tobillos.

La señal de inicio la dio un entrecortado himno de la URSS, tras el cual los músicos salieron a escena. Arrancaron con "Sas jekh len" para ir templando el cuerpo. Tras esta, se acabaron los calentamientos: con "Unza unza time" empezaba la masiva quema de calorías del concierto, que incluía, tanto sobre el escenario como frente a él, carreras, saltos, palmas y pasos de baile.

Subían las pulsaciones y el ritmo de la banda, que tras este tema se lanzó con otro de sus grandes éxitos, "Fuck you MTV". Con el público más colaborador que han tenido el Price durante los Veranos de la Villa, esta canción se convirtió en un juego de pregunta-respuesta entre la audiencia y la banda, que subió a cerca de una decena de chicas a bailar sobre el escenario.

La No Smoking Orchestra no entiende de baladas. Hay algunas canciones que en sus arranques lo parecen, sí, pero solo están tomando carrerilla para el sprint de violín, saxo y acordeón. Muestras claras de este entrenamiento a base de cambios de ritmo fueron "Meine Stadt", "Duj Drama", que sonaron seguidas.

Tras éstas y una divertida dramatización de "Romeo & Juliet", con participación de nuevo de una tímida joven del público, ya no hubo respiros. Como dejaba bien claro el himno al inicio de la actuación, Kusturica es un gimnasta de escuela soviética y, como tal, no conoce el descanso.

Dejó de existir el resuello para el público y, en ocasiones, el suelo entre tanto salto, con la contundente "Pitbull Terrier". Ya lo dijo Kusturica cuando su violinista (que, como demostró, merece un show para él solo) arrancó con una pieza clásica: "Esa música no es para este sitio". Aquí se ha venido a sudar.

Si esto de la gimnasia punk no les funciona a los chicos de la No Smoking Orchestra, no hay de qué preocuparse: tienen un futuro prometedor como "showmans". Solo había que echar una ojeada a los números que se marcaron en la recta final del espectáculo: guitarras giratorias con "leds" intermitentes o solos imposibles de violín utilizando un arco gigante sujetado, cómo no, por dos muchachas del público, fueron algunos de ellos.

El cierre del espectáculo llegaba con "Bubamara", en la que la banda casi consigue que haya más chicas sobre el escenario que frente a él. Con el gentío todavía sobre las tablas, Kusturica presentó a la orquesta y se despidió, aunque no tardó en volver. Nadie quería que el público se enfriara.

La elección de los bises de la banda se basó en un razonamiento elemental: cuando algo ha funcionado muy bien, ¿por qué cambiarlo? Pues "Fuck you MTV" otra vez, y otra vez el himno soviético. Y cada uno que estire en su casa.

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