Las mujeres del bando nacional fueron esenciales para la quinta columna

  • Las mujeres del bando nacional fueron esenciales en la formación de la quinta columna en Madrid que decidiría la toma de la capital durante la Guerra Civil, según el libro "El Terror Rojo", del hispanista británico Julius Ruiz.

Carmen Tabar

Madrid, 21 ene.- Las mujeres del bando nacional fueron esenciales en la formación de la quinta columna en Madrid que decidiría la toma de la capital durante la Guerra Civil, según el libro "El Terror Rojo", del hispanista británico Julius Ruiz.

El autor buceó durante diez años prestando esencial atención a los primeros meses de esa lucha fratricida, que se inició en 1936, y que fueron los más sangrientos.

El pánico que sentían los republicanos hacia esa quinta columna determinó la masacre de entre 2.400 y 2.500 personas, de las que casi la mitad murieron en los tristemente famosos fusilamientos de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz, de acuerdo con el libro.

En palabras de Ruiz, en el lado republicano la mujer, en esos primeros meses, fue relegada por el "machismo" a papeles secundarios, y como prueba esgrime que los 4.500 agentes de la policía miliciana eran hombres.

De la quinta columna, de acuerdo con el historiador, habló por primera vez el general Mola (aunque no encontró ni una sola nota de la rueda de prensa del militar con los corresponsales extranjeros sobre la cuestión), pero su supuesta fuerza la dio a conocer el artículo publicado por Pasionaria en "Mundo Obrero", lo que desató el pánico y originó las "sacas" de las cárceles madrileñas.

Esa fórmula se utilizó desde finales de octubre a primeros de diciembre, con el breve descanso del 9 al 14 de noviembre, en los que Melchor Rodríguez, conocido como el "ángel rojo", fue el responsable de prisiones.

Se comunicaba a los reclusos su traslado, según se narra en el libro, pero al final terminaban en distintas fosas comunes, de las que las más conocidas fueron las de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz, donde fueron fusilados los presos entre el 7 y el 9 de noviembre.

Para Ruiz, hijo de españoles que habla castellano con un deje británico y cuyo bisabuelo fue ejecutado por el bando franquista, el terror de esos días fue "selectivo", consentido por el Gobierno, pero de manera improvisada, ya que el Ejecutivo republicano no dirigió el terror como los jacobinos en Francia o los bolcheviques en Rusia.

Las decisiones, añade, se dan en un contexto de emergencia excepcional, los fusilamientos se consideran como un servicio a la revolución.

Al principio, las sacas se centraron en los militares, muchos de ellos retirados, que no quisieron sumarse a la República, decisión que para el Gobierno legítimo significó que si no estaban con él estaban contra él.

Los antifascistas, explica Ruiz, estaban convencidos de que la lucha en la retaguardia, donde creían que tenían un enemigo muy poderoso, era tan importante como en el frente, de ahí el discurso de exterminio presente en todos los periódicos de la época, porque, además, siempre pensaron que la contienda iba a ser muy corta.

El escritor enfatiza en que el papel de la quinta columna- las otras cuatro fueron las formadas por las fuerzas rebeldes que avanzaban hacia Madrid- es fundamental para entender el terror.

Para los republicanos las cárceles eran las fortalezas de los miembros de la quinta columna en las que estaban a la espera de la entrada de Franco en Madrid para salir, teoría que les sirvió para "justificar" las matanzas.

Sobre la presunta responsabilidad de las muertes que ha perseguido siempre a Santiago Carrillo, que entonces tenía 21 años, Ruiz matiza que cuando se iniciaron las sacas, el líder del PCE no era todavía Consejero del Orden Público, si bien protegió, aunque solo sea por omisión, a los responsables porque eran representantes de todos los partidos del Frente Popular.

En esta obra prolija en nombres, fechas y datos no falta la afirmación de que no fue la Unión Soviética la que impulsó el terror rojo en España, sino que Stalin leyó todos los informes sobre la eliminación de la quinta columna e importó sus métodos.

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