Léa Seydoux a flor de piel en "Grand Central"

  • Léa Seydoux, tras haberse ganado la gran pantalla con producciones como "Inglorious Basterds" o "Mission Impossible 4", explota todo su potencial interpretativo con un filme más intimista, "Grand Central", sobre el poder destructivo del amor.

Cannes (Francia), 19 may.- Léa Seydoux, tras haberse ganado la gran pantalla con producciones como "Inglorious Basterds" o "Mission Impossible 4", explota todo su potencial interpretativo con un filme más intimista, "Grand Central", sobre el poder destructivo del amor.

La película, dirigida por la francesa Rebecca Zlotowski, compite en la sección "Una cierta mirada" del Festival de Cannes y pone su foco en el triángulo amoroso que, poco a poco, va contaminando a tres trabajadores de una central nuclear.

Seydoux como objeto de deseo y, como catalizador de la situación, el también francés Tahar Rahim, que protagonizó "Un prophète", de Jacques Audiard, forman parte de un reparto que completa Denis Menochet.

"La película está impulsada por la analogía entre el sentimiento del amor y la toxicidad de la planta nuclear", explicó hoy la directora en un encuentro con los medios, en el que aclaró que, aunque esa industria le sirve de escenario perfecto para plasmar su historia, no pretendía pronunciarse en contra o a favor.

Se trata de su segundo filme tras "Belle Epine", que recibió en 2010 el Premio de la Crítica a la mejor ópera prima en la Semana de la Crítica de Cannes, y con ella busca expresar, a través de esa metáfora permanente, que "a veces uno no puede luchar contra sus propios intereses".

Opresivo y tenso es el entorno laboral de los tres protagonistas y tensa igualmente es la relación que se forja entre ellos, con la misma sensación constante de que en cualquier momento algo puede salir mal.

"Puedes amar a alguien y seguir haciéndolo, aunque sea muy independiente. Y eso puede significar que no te quiera solamente a ti", dijo Zlotowski, para quien que sus personajes no sean unos intelectuales no impide que puedan proceder a ese tipo de "sutilezas".

La idea de la película partió de la novela "La centrale", de Elisabeth Filhol.

Y embarcada ya en ese proceso escoger a sus dos actores protagonistas, que aceptaron acompañarla cuando todavía no existía ni el guión, le hizo tener "la mitad del trabajo hecho".

En ese reparto Seydoux, cuya sensualidad casi no requiere palabras en escena, se entrega sin concesiones a un trabajo en el que, según admitió, le costó más desnudarse emocional que físicamente.

"Pones mucho más de ti que cuando te desnudas", añadió a la prensa la actriz (París, 1985), quien aseguró que no se siente cómoda con el hecho de verse demasiado expuesta, pero sí prestarse a ese tipo de escenas como una parte más de la profesión.

"Incluso si no me gusta verme desnuda, la imperfección es vida. No quieres ver perfección en la pantalla, y eso es algo que he aprendido ahora", señaló la intérprete, que disfruta con la posibilidad de convertirse en otra en el cine.

Con elevados tacones y un vestido que hace difícil descubrir los defectos de los que habla, Séydoux reconoció que con esa diversidad siente que "puede ser muchas mujeres, no solo una", y acepta lo que se le ofrezca "siempre y cuando vea en ello algo de inteligencia".

Ejemplo de esa trayectoria diversa fue el rodaje también en 2012 de "Le bleu est une couleur chaude", de Abellatif Kechiche, un director con fama de complicado y cuya experiencia le ha hecho sentir, concluyó, que ahora ya sí que es "capaz de todo".

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