Lo que no viste de la gala de los Goya

  • 4,3 millones de espectadores no quitaron anoche ojo a la gala del 25 aniversario de los Goya. Pero hay detalles que no pudieron ver. Te los contamos.
M. J. Arias

La alfombra roja fue el primer hervidero de fotos y noticias de la ceremonia de los Goya. Al fondo se escuchaban los gritos de protesta del grupo Anonymous. Unas doscientas personas, careta de V de Vendetta en mano, protestaron contra la Ley Sinde. Y lo hicieron bajo las primeras gotas de lluvia que no quisieron perderse la ceremonia. Pero el frío y el mal tiempo no deslucieron a una alfombra en la que dio vértigo mirar a Dafne Fernández a los ojos. Sus altos tacones, los culpables.

Las cámaras no quitaron ojo a las actrices y actores españoles de pies a cabeza. Y precisamente de peinados hubo un nombre propio: Pilar López de Ayala, con recogido que le hizo crecer unos cuantos centímetros. El tocado más original se lo llevó Leonardo Sbaraglia. Apareció con una boina y nos contó que era porque estaba rodando una película en la que hacía de presidiario. Así disimulaba su rape.

Y toca el turno de hablar de vestidos. El más difícil de llevar, el de Nora Navas. Se le movía tanto que a veces dejaba poco a la imaginación. El vestido del que más se habló fue el de Najwa Nimri. Negro, de encajes y totalmente transparente... Pero el más llamativo fue el de lució Ana Belén. La cantante apostó por el rojo, com otras muchas actrices.

El chico que marcó la diferencia fue Alberto Ammann, que apareció de un traje color plata cuando todos iban de negro. Otro que marcó la diferencia, pero en otro sentido, fue Juan Carlos Aduviri, que llevaba un poncho.

En el trato con los que estaban al pie del desfile una de las más simpáticas fue Icíar Bollaín, que se paraba con todo el mundo y se extendía mucho en las respuestas a los periodistas. En cuanto al vestuario, fue la que más cómoda iba. Llevaba un traje de chaqueta y pantalón.

Pero como en todo, siempre hay rostros que llaman más la atención de la cámara. En esta ocasión fueron Mario Casas, Álex de la Iglesia, Nora Navas, Luis Tosar, Leonor Watling, Antonio de la Torre… Y casi todos hablaron. También hay actores a los que se les llama más de una vez y pasan de largo. Es el caso de Bardem y familia. No se paró ninguno y Javier Bardem pasó como un rayo por delante de los periodistas. Sólo posó ante los fotógrafos. Otra de las más escurridiza de la noche fue la ministra. Con los abucheos de Anonymous de fondo, pasó como un rayo por la alfombra roja junto a Leire Pajín.

Con mucha pachorra desfiló el perro Pancho. El patrocinar de la gala de este año era Loterías y Apuestas del Estado, y su perrito de la suerte no podía faltar. Fue uno de los momentos más tiernos de un paseillo donde los cotilleos no faltaron: el embarazo de Leonor Watling, que dijo que estaba de tres meses y medio, el más comentado. Y la más polémica: Assumpta Serna. Apareció con una careta de V de Vendetta y un mensaje a favor de Wikileaks.

Y una vez llegaron todos al Teatro Real Buenafuente comenzó una gala cuyos diez primeros minutos fueron tan buenos y cargados de ingenio que el resto de la gala supo a poco. Karra Elejalde dejó claro que cada uno podía dedicar el premio a quien quisiera, aunque quisiera dedicárselo a todo el mundo... El momento musical de Luis Tosar volvió a animar al público del Teatro Real cuyos aplausos sonaban a enlatados.

Los planos generales que echamos de menos en la entrada al Teatro mostraban a un público serio y estirado. La tensión se mascaba en el ambiente. En la entrada González Sinde se agarró del brazo de Álex de la Iglesia mientras el cineasta ni giraba la cabeza. Los planos cortos de ambos junto al de Iciar Bollaín mientras Álex de la Iglesia hacia alusión al siguiente presidente de la Academia o los de Leire Pajín fueron todo un poema.

Tanta tensión pudo fundir los plomos. De hecho se fue la luz en la sala de prensa justo cuando se entregaba el Goya a la mejor película. Se lo llevó Pa Negre. Era su novena estatuilla que llegó tras tres largas horas de una gala que ha sido retransmitida por numerosos Iphones. De hecho Álex de la Iglesia no quiso perder la ocasión de utilizar su twitter para mostrar cómo se sentía antes de entrar a leer su discurso, y después...

El director de cine sabía que era uno de los más esperados. De hecho Buenafuetne le restó importancia en su primera intervención. El presentador se llegó a plantear si su dimisión fue un montaje de marketing...

Uno de los momentos más distendidos ocurrió al terminar la gala. Cuando el equipo de Pa Negre atendía a la prensa. Todos fueron recibidos entre aplausos. Primero llegaron los niños, Marina Comas (que llegó con el Goya en brazos) y Francesc Colomer. Después Nora Navas, que no dejó de pelearse con el vestido y lo primero que hizo fue pedir una caña.  El último en entrar fue Agustí Villaronga. Se le veía emocionado y estuvo hablando con la prensna de su cinta hasta pasadas las dos de la madrugada.

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