Los museos franceses sufragan sus reformas cediendo sus colecciones pictóricas

  • La decisión es una operación redonda porque, por un lado, obtienen unos ingresosimportantes en tiempos de recortes y, por otro, no tienen que buscarleun desván provisional a sus fondos.
Los museos franceses sufragan sus reformas cediendo sus colecciones pictóricas
Los museos franceses sufragan sus reformas cediendo sus colecciones pictóricas
Aviondepapel.tv
Miguel Gómez / Aviondepapel.tv

"En tiempos de aflicción, no hacer mudanza", decía San Ignacio de Loyola. A menos que puedas sufragar las obras alquilando tu propio mobiliario. Algo así deben haber pensado unos cuantos museos franceses que han decidido renovar sus instalaciones con cargo al préstamo de sus fondos. Una operación redonda porque, por un lado, obtienen unos ingresos importantes en tiempos de recortes y, por otro, no tienen que buscarle un desván provisional a sus fondos.

Así lo vieron pronto los responsables del Museo Picasso de la capital francesa, que vieron como las vetustas paredes del palacete del siglo XVII, que alberga buena parte de la obra del pintor malagueño, necesitaban una cura de rejuvenecimiento costosa y duradera.

Qué mejor receta que sufragarla con el préstamo de los cuadros del padre del cubismo, un atractivo para cualquier otro centro del mundo dispuesto a pagar parte de las obras.

Con este planteamiento 407 cuadros de los fondos del Museo Picasso de París partieron en 2008 hacia el Reina Sofía de Madrid para encontrarse en la capital española con el emblemático Guernica. Y, de paso, dejar que los obreros trabajaran con más libertad entre los barrocos decorados de su residencia parisina habitual.

Como las obras no acabarán hasta 2012, los "picassos" recorrerán otros museos del mundo, incluida China y Japón.

La receta hizo fortuna y otros museos franceses se sumaron a la moda. El de Orsay acaba de meter en cajas buena parte de sus cuadros que parten en una intensa gira en forma de dos exposiciones diferentes. Una de ellas se titula "De Manet al impresionismo" y comenzará su "tourné" en la Fundación Mapfre de Madrid, donde podrán verse, entre el 11 de enero y el 22 abril, obras del XIX francés dispuestas de forma que los comisarios quieren mostrar la influencia que inspiró a los pintores de ese periodo.

Los lazos estéticos entre Manet, Couture, Degas o Mareau, la influencia hispánica de Whistler, Carolus-Duran o el propio Manet serán algunas de las preguntas a las que trata de responder la exposición. Los cuadros del Orsay cruzarán luego el Atlántico para ser expuestas en las ciudades estadounidenses de San Francisco y Nashville.

Otro lote de cuadros ha sido empaquetado con destino a Australia donde ya están expuestos desde el pasado 4 de diciembre en la National Gallery de Camberra bajo el título "Más allá del impresionismo". Se trata de un conjunto de obras de los considerados como "post-impresionistas", Cézánne, Gauguin, Seurat o Van Gogh, expuestos para mostrar los influjos que recibieron de las precedentes corrientes pictóricas.

Sin el espacio de estos cuadros, al Orsay le costará menos renovar parte de sus instalaciones ubicadas en una antigua estación de ferrocarril a orillas del Sena.

Los mismo que le sucede al palacete Biron que sirvió de taller a Auguste Rodin y que en 1919 se convirtió en el museo en el que están expuestas las obras que el genial escultor de "El beso" o "El pensador". Esas y otras piezas de tamaño natural recorren desde hace meses ciudades españolas en una iniciativa de Caixa Forum por sacar el arte a la calle. Granada, Palma de Mallorca, Valladolid, Sevilla, Bilbao, Madrid, Valencia y, desde el pasado día 18 en Barcelona, las monumentales esculturas de Rodin completan su particular Vuelta a España.

Tanto el Rodin como el Orsay han optado por prestar sus obras, pero manteniendo parte de sus fondos expuestos, lo que les mantiene abiertos para el público.

El Museo Picasso fue más radical y cerró sus puertas a cal y canto. Y es que el palacete que alberga los fondos del genio malagueño ha demostrado sus carencias en más de una ocasión. La última en junio pasado, cuando robaron un cuaderno de dibujos de Picasso de una vitrina que se abría con un simple destornillador.

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