Los niños y San José cobran protagonismo en la ofrenda a la Virgen

  • Valencia.- Los niños han cobrado este año una especial relevancia en la ofrenda de flores que las fallas realizan a la Virgen de los Desamparados, ya que el manto de la patrona de Valencia incluirá los rasgos de un bebé formado por los ramos de claveles de los colores blanco, rojo y rosa.

Los niños y San José cobran protagonismo en la ofrenda a la Virgen
Los niños y San José cobran protagonismo en la ofrenda a la Virgen

Valencia.- Los niños han cobrado este año una especial relevancia en la ofrenda de flores que las fallas realizan a la Virgen de los Desamparados, ya que el manto de la patrona de Valencia incluirá los rasgos de un bebé formado por los ramos de claveles de los colores blanco, rojo y rosa.

La otra novedad de este año es la incorporación de una imagen de San José que, aunque oficialmente es el patrón de las fallas, es el gran olvidado de esta celebración religiosa.

Durante hoy y mañana, cerca de cien mil personas participan en este desfile a mitad camino entre lo religioso y lo cívico, en el que se pone de manifiesto el fervor que sienten las valencianas y los valencianos por la "Geperudeta", nombre por el que se conoce popularmente a la Virgen de los Desamparados por la ligera inclinación de la cabeza para, según la tradición católica, "proteger a los locos y desamparados".

En declaraciones a la Agencia EFE, el portavoz de los Vestidores de la Virgen, Pere Llorca, ha comentado que este año se ha querido dedicar el dibujo del manto de la virgen a los "xiconinos y xiconinas" (niños de pocos años e incluso meses) que llegan bien entrada la noche o de madrugada "sin saber muy bien qué es lo que pasa pero siendo partícipes de la devoción" hacia la patrona de Valencia.

Las flores que llevan las falleras se van colocando sobre un bastidor de madera de grandes dimensiones que reproduce la escultura de la Virgen, con la cara de la Virgen de los Desamparados y el niño Jesús en brazos en la parte superior. En la estructura de madera se van depositando los ramos que, combinando los colores de las flores, van tejiendo el manto y el cuerpo de la patrona de Valencia

Este año, el manto de la virgen reproducirá el anagrama mariano, con unas volutas a su alrededor que dibujarán las rasgos de un bebé, en homenaje a esos niños que, "sea la hora que sea, haga frío o calor, sienten algo especial cuando entran en la plaza de la Virgen para hacer la ofrenda", según resalta Pere Llorca.

Los Vestidores de la Virgen son una entidad de voluntarios que se encargan de ordenar los cerca de 50.000 ramos depositados por las falleras en los dos días que dura la ofrenda.

Forman un equipo integrado por 50 personas, distribuidas en grupos que recogen los ramos, los ordenan por colores, los lanzan a los que están en la parte superior del bastidor y los colocan en el sitio que les corresponde.

Con 30 años participando como vestidor de la Virgen, Pere Llorca es ahora el encargado de indicar con un láser a sus compañeros situados en la parte superior del catafalco el lugar donde tiene que producirse un cambio de color o los huecos que hay que rellenar para que el manto sea un continuo floral.

Dentro de unas fiestas de tradición pagana con más de 150 años de existencia, la ofrenda es un acto de carácter religioso relativamente moderno, ya que el primer desfile de este tipo se realizó en 1945.

En la primera jornada de la ofrenda de este año participan unas 50.000 falleras y falleros, en un desfile que bloquea todo el centro histórico de Valencia y que es contemplado por miles de personas.

Las comisiones, acompañadas por la banda de música, realizan una procesión cívica por las calles de la Paz y san Vicente, en pleno centro histórico de Valencia, para entrar en la plaza de la Virgen, donde se realiza la ofrenda en un entorno con numerosas cámaras de televisión y fotógrafos.

En la ofrenda participan desde niños recién nacidos o de corta edad, que son llevados en canastillas o en cochecitos de paseo, hasta hombres y mujeres de avanzada edad.

En este primer día de ofrenda, primera jornada de los días grandes de Fallas en la que ha lucido el sol y se han registrado temperaturas por encima de los 20 grados, se ha podido ver desfilar a miembros de tres generaciones de una misma familia (abuela, madre e hija) y mujeres inmigrantes de países asiáticos o sudamericanos que han venido a trabajar a Valencia y se han integrado en su fiesta más importante.

El ritual siempre es el mismo: las falleras entregan el ramo mientras levantan el rostro para ver a la virgen y las lágrimas, en muchos casos, recorren sus mejillas.

Esta primera jornada de la ofrenda concluirá pasada la medianoche cuando entregue su ramo la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Carmen Monzonís.

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