Los platos icónicos de El Celler de Can Roca, en miniaturas coleccionables

  • Pilar Salas.

Pilar Salas.

San Sebastián, 7 oct.- Huevos "kinder" para adultos y admiradores del trabajo de los hermanos Roca en el triestrellado El Celler de Can Roca (Girona). Su nuevo juego esconde en estos envases doce de sus platos emblemáticos en miniatura, para montar en casa y coleccionar.

Joan Roca ha presentado hoy en San Sebastián Gastronomika, ante un auditorio repleto que ha aplaudido con entusiasmo la idea, el "penúltimo" -con los Roca siempre hay que estar abierto a la sorpresa- divertimento, que se entregará a los comensales de El Celler, con un año de lista de espera, al final de su experiencia gastronómica.

"Nuestros clientes podrán coleccionar los platos icónicos de El Celler, como 'El viaje a la Habana' y tantos otros. Por el momento se han hecho doce", ha explicado el mayor de los tres hermanos.

Del restaurante también se llevarán un "minibar" de cartón desplegable, que reproduce aquel en el que comenzó la trayectoria culinaria familiar, una generación atrás. Sobre él se servirán los primeros aperitivos que se degustarán en breve en El Celler de Can Roca: las versiones de los hijos de las tapas de su madre, desde la tortilla de patata a los riñones al jerez.

En invención constante, Joan Roca ha querido hacer en su intervención en este congreso internacional un homenaje a la innovación que les ha llevado a la cima culinaria y que no hubiera sido posible sin la incorporación a las cocinas de máquinas y herramientas de otras disciplinas.

"Ahora se denostan, la gente quiere volver a la tradición, al fuego a la brasa. Nosotros, en El Celler, tenemos brasa y planchas, pero también herramientas que nos permiten hacer cosas mágicas, como liofilizar un cubo de riñones al jerez o hacer cocciones largas y lentas", ha manifestado el chef.

Máquinas como la deshidratadora, la roner de cocción al vacío, el horno al vapor, el armario de humedad controlada, el rotaval, la liofilizadora, las pipas de humo para ahumar o la "supercooling" que enfría líquidos para conseguir texturas sólidas en el momento de servirlos son algunos de los ejemplos de esta tecnificación que ha llevado a la cocina a mundos casi de fantasía.

También nuevas vajillas, auténticas obras de arte que se interrelacionan con la comida, que juegan con el comensal, como una taza estriada que ofrece los reconocibles perfiles de los tres hermanos Roca conforme se va llenando, o recipientes termoactivos, que en breve llegarán a El Celler para cambiar de apariencia ante el cliente al verter sobre ellos preparaciones calientes.

En su elogio de la innovación, el aclamado chef ha homenajeado a su padre, al que ha definido como "un MacGyver capaz de arreglar todo y que de joven inventaba cosas: hornos con bidones, un secador convertido en ahumador y pipas que luego Jordi usó para soplar el caramelo" en uno de sus postres emblemáticos, la manzana de caramelo.

La innovación basada en repensar lo establecido y también en aportar "cosas que nunca se han hecho", como su gira de verano por América o el espectáculo gastronómico transversal que es El Somni.

Para estos tres hermanos, La Masía es su "espacio de creatividad" y desde allí se comprometen a mantener su "compromiso con la innovación", a "seguir manteniendo vivos los sueños y hacerlos realidad" combinando la gastronomía con "ciencias sensoriales, gestión emocional, ciencia, diseño gráfico, perfumistas, botánicos... El campo es muy amplio para enriquecernos".

Y ello sin olvidar su faceta solidaria, cuyo último exponente es su alianza con la Fundación Gasol para promover la alimentación saludable y el deporte entre los niños.

"Porque, como dijo Juan Mari (Arzak), hay que mirar a la cocina con ojos de niños", ha recordado Joan. Y los Roca, en ese sentido, afortunadamente no han abandonado la infancia.

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