Maite Carranza dice que "el maltratador consigue que las víctimas sean sus cómplices"

  • Barcelona.- El caso de la austríaca Natascha Kampusch, secuestrada cuando tenía diez años y en cautividad hasta los dieciocho, fue el detonante, pero la escritora Maite Carranza ya llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de escribir una novela sobre abusos sexuales infantiles y sobre dominación psicológica.

Maite Carranza dice que "el maltratador consigue que las víctimas sean sus cómplices"
Maite Carranza dice que "el maltratador consigue que las víctimas sean sus cómplices"

Barcelona.- El caso de la austríaca Natascha Kampusch, secuestrada cuando tenía diez años y en cautividad hasta los dieciocho, fue el detonante, pero la escritora Maite Carranza ya llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de escribir una novela sobre abusos sexuales infantiles y sobre dominación psicológica.

Ahora presenta "Palabras envenenadas", la crónica de un día trepidante, presentada como un puzzle imposible de recomponer y protagonizada por tres personas próximas a Bàrbara Molina, una chica de quince años desaparecida violentamente hace cuatro.

La autora barcelonesa, en una entrevista con Efe, reflexiona sobre esta cuestión y señala que con su relato ha querido poner de manifiesto cómo actúan los maltratadores y cómo consiguen que sus víctimas "se sientan cómplices e incluso culpables" de todo lo que les está ocurriendo.

Aunque el texto lo escribió en apenas un verano, confiesa que para documentarse ha estado en contacto con los Mossos d'Esquadra y con psicólogos para que todo lo que describe en la narración tuviera verosimilitud.

Asimismo, le ha interesado que sus lectores conocieran cómo se "desestructura una personalidad, en una situación límite", mientras quien maltrata "va inculcando a sus víctimas que son ellas quienes los incitan a actuar de la manera que actúan".

Para armar su nuevo artefacto literario, la creadora de la conocida trilogía "La guerra de las brujas" ha optado por tres voces diferentes: la mirada que ofrece un Mosso d'Esquadra que reinicia una investigación el día que se jubila; la madre de Bàrbara y la de una amiga de la chica, Eva, que se había peleado con ella poco antes de desaparecer.

Confiesa que mientras escribía sentía miedo, asco y rabia, unas emociones que ha intentado trasmitir a sus personajes.

El de Bàrbara, precisamente, es el que más le ha costado porque tuvo que emplear la primera persona y justificar lo que estaba haciendo con ella el agresor. "Fue la dificultad principal de la novela y hablé mucho con psicólogos para que me orientaran a la hora de construir su discurso", precisa.

Asimismo, dice que tenía que dibujar a una chica "consciente del abuso que sufre, pero que no lo ha podido racionalizar, que es lo que llevan a cabo los terapeutas cuando se encargan de mujeres maltratadas, a las que ayudan a quererse a ellas mismas, a levantar cabeza, una vez han quedado con todas sus defensas destruidas".

A pesar de que la novela no esconde las situaciones por las que pasa Bàrbara, Maite Carranza insiste en que su texto no es "escabroso" y subraya que su voluntad ha sido "no tanto fijarme de forma excesiva en los detalles de lo que puede ser un abuso, si no del sufrimiento del que está siendo abusado".

Gracias a que la obra fue la ganadora del premio Edebé de Literatura Juvenil, a pesar de que se dirige también a un público adulto, se publicará en catalán, con el título de "Paraules emmetzinades", en vasco como "Hitz pozoituak" y en gallego será "Palabras envelenadas".

Con más de una cuarentena de libros a sus espaldas, Maite Carranza, de 51 años de edad, está trabajando en una nueva novela, de la que no quiere desvelar nada.

Licenciada en Antropología, ha recibido varios premios a lo largo de su trayectoria como el Crítica Serra d'Or por "Ostres tu, quin cacau" o el Joaquim Ruyra por "La nit dels arutams".

Es también guionista de televisión, participando en varias populares series como "Poblenou" y la creadora de la reeditada "Vols ser el nòvio de la meva germana?".

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