Mansada infumable de Alcurrucén y triunfo del mexicano Adame en Santander

  • El matador mexicano Joselito Adame, que hacía su presentación en Santander, ha abierto hoy una Puerta Grande de poco peso, tras cortar una oreja a cada toro de su lote, en una tarde de fiasco ganadero.

Juan Antonio Sandoval

Santander, 25 jul.- El matador mexicano Joselito Adame, que hacía su presentación en Santander, ha abierto hoy una Puerta Grande de poco peso, tras cortar una oreja a cada toro de su lote, en una tarde de fiasco ganadero.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Alcurrucén, correctamente presentados y de pésimo juego. Mansote que salía de los engaños con la cara por arriba, el "chico" primero; apretando hacia los adentros a arreones y con "carbón", el segundo; se movió por el pitón derecho, sin clase, el larguísimo tercero; agarrado al piso, el cuarto; el quinto, un mulo; sexto, parado y también mansón.

Manuel Jesús "El Cid": pinchazo y estocada contraria sin puntilla (silencio); y pinchazo, estocada hasta la empuñadura y un descabello (silencio tras aviso).

Paco Ureña: estocada caída (silencio); y tres pinchazos, estocada habilidosa y tres descabellos (silencio tras aviso).

Joselito Adame: estonazo tendido y dos descabellos (oreja tras aviso); y estocada desprendida (oreja).

La plaza ha rozado el lleno en los tendidos en la tradicional Corrida de Beneficencia, sexto festejo del abono santanderino.

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UNA TARDE SIN HISTORIA

Los momentos en los que El Cid y Paco Ureña han debido estar más a gusto con las telas toreras en las manos han tenido que ser los matinales, en la Plaza de Velarde de la capital de Cantabria, durante la clase de toreo de salón que los antedichos han ofrecido a los niños. Porque la mansada de Alcurrucén lo ha sido sin paliativos.

El montañés Pedro Velarde ha sido ejemplo de resistencia ante el invasor francés, y de la misma manera se resistían las agujas del reloj de la Plaza de Cuatro Caminos a avanzar ante el tedio de una tarde sin historia.

En la jornada de Santiago, y cierra España, los titulares de prensa son para el mexicano Joselito Adame, que ha abierto una puerta grande de poco peso específico, tras salir a oreja por toro.

El tercero, largo como un velatorio transilvano, se repuchaba en el caballo, del que salía embistiendo a oleadas y con andares de buey. Enroscarse aquella anatomía en la cintura debía ser como hacerlo con una pitón, así que Adame ha aprovechado la movilidad desclasada del animal por el pitón derecho para conducirlo en línea y a su aire.

Le ha buscado las vueltas y se las ha encontrado, sobre todo en el primer tramo de una faena que a ido de más a menos. El cañonazo con el estoque, a pesar de los dos golpes de verduguillo posteriores, desataban la alegría en unos graderíos repletos y festivos, y se abría la primera hoja de la puerta grande.

Con un público dispuesto a aplaudir cualquier atisbo de lucimiento, el azteca ha buscado la oreja que le faltaba a base de molinetes, giros desde los costillares y martinetes, ante el deslucido sexto. Y ya no más. Otro espadazo, fuerte petición y nuevo trofeo. Puerta grande de escasa importancia para abrochar la penúltima del abono santanderino.

Ha tenido mérito la labor de Paco Ureña en el segundo, serio y con volumen, que apretaba mucho hacia los adentros y planteó problemas. Muy cruzado, ha hecho un serio esfuerzo para tirar de él hasta atrás, y lo conseguía con la derecha. Trataba de ser ético y profesional también al natural, y por poco pierde el corbatín de un pitonazo asilvestrado y montaraz.

Tampoco ha pasado un buen rato delante del quinto, un manso en toda regla que sembró el caos en los primeros tercios y al que le costó un mundo cuadrar, tras un intento excesivamente largo de Ureña por justificar su inclusión en el cartel, tras la baja de Miguel Abellán, cogido en Valencia.

El Cid, siempre con la muleta retrasada, no ha sido capaz de afincar al huidizo primero, que recorrió varias zonas del ruedo. En el cuarto, se ha demorado mucho jugando al unipase.

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