Manzanares, dos orejas y un importante paso más

  • Juan Miguel Núñez

Manzanares, dos orejas y un importante paso más
Manzanares, dos orejas y un importante paso más

Juan Miguel Núñez

San Sebastián.- Dos orejas y un importante paso más en su brillante temporada consiguió José María Manzanares, hoy en San Sebastián, doble trofeo en un mismo toro, lo que significa Puerta Grande en esta plaza, por una faena de tanto arrebato como técnica y estética.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presencia, bajos de raza y sin clase, aunque sin mayores problemas que el hecho de ir apagándose poco a poco. Primero y sexto, los más deslucidos. El tercero, el menos malo.

Raúl Gracia "El Tato": estocada y cuatro descabellos (silencio); y estocada (gran ovación).

José Antonio "Morante de la Puebla": estocada desprendida (ovación); y estocada corta (gran ovación).

José María Manzanares: estocada (dos orejas); y dos pinchazos y estocada desprendida (ovación en la despedida).

En cuadrillas, se desmonteraron en el quinto Antonio Jiménez "Lili" y Francisco Javier Sánchez.

La plaza tuvo media entrada, en tarde espléndida, aunque con la cubierta cerrada.

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SIGUE SAN SEBASTIÁN A MARCHAS FORZADAS

Se lo pasa bien la gente en los toros en San Sebastián, aunque se nota que la cosa va un poco a marchas forzadas. Una diversión que no está justificada del todo, pues falta el toro, elemento fundamental del espectáculo. Es más que notable el esfuerzo de los toreros, sin embargo, se nota la ausencia de la otra parte.

La suerte es que a poco que embiste uno, como ocurrió con el tercero, siempre hay un torero dispuesto y capaz, en este caso Manzanares.

Un toro que se movió, no obstante, sin la clase apropiada. No terminó de entregarse en varas, y desde un primer momento se fue quedando corto en la muleta, reponiendo las embestidas y con la cara por encima del palillo. El mérito de Manzanares fue que lejos de dejar que se agotara le hizo ir siempre a más, ayudándole a base de espera y temple.

Pero antes de contar los méritos con la muleta hay que hablar de un interesante prólogo con el capote. Manzanares toreó a la verónica con arrebato y estética. Lances de verdadero primor.

El trasteo final tuvo un comienzo algo dubitativo por la escasa condición del toro, que aún siendo noble, no terminaba de ir para adelante por su falta de fuerzas. Así, tres tandas a derechas y una al natural, todavía sin visos de faena grande por lo despegadito que anduvo el torero.

Pero de ahí al final cambió por completo el panorama. Con el toro ya apuntalado se afianzó la faena, que empezó a tomar altura al insistir en el toreo en redondo, ahora ya magníficamente compenetrados toro y torero, con mucho ajuste y "despaciosidad" para llegar con notable ligazón hasta el quinto y sexto muletazo antes del remate forzado de pecho.

Secuencia repetida por dos veces, y una más sobre la mano izquierda. Esfuerzo notable, por el valor "in crescendo" y sobre toro por el arte que iba plasmando. Detalles finales también de gran consistencia. Faena siempre a más, que le da carácter de buena, incluso de muy buena. Al matar a la primera, no hubo discusión: dos orejas y la consiguiente Puerta Grande.

El sexto no fue toro propicio para redondear. Empujó mucho, pero sin humillar, "rebañando" al principio, y poco a poco quedándose cada vez más corto, espaciando las embestidas. El esfuerzo de Manzanares no llegó a ninguna parte, pues incluso hubo desarme en el epílogo.

"Morante" dejó también notables destellos a mitad de camino entre el arte y el valor. Parece mentira, un torero con sello de exquisiteces, lo dispuesto que anda en ocasiones como ésta.

Su primero, descompuesto, "embestía" con las manos y hasta con todo, y eso antes de empezar a frenarse a mitad de los muletazos. Pese a ello, "Morante" le arrancó medios pases de singular torería, descolgado de hombros, acompañando con la cintura en lo que el animal se dejó. Toreo de especial aroma, distinto, sin duda, y a pesar de "la goleada" de orejas del compañero, lo mejor de la tarde.

Pero el hecho de que el toro no llegara hasta el final dejó la faena sin el tramo clave para acercarse mínimamente al triunfo.

De nuevo en el quinto, al que enjaretó delicadas verónicas en el saludo, "Morante" quiso mucho, y con su singular torería. Regusto en las probaturas, muleta abajo y mentón hundido. Mas el toro no quiso, o no podía. La falta de fuerzas y de raza lo abortaron todo. Aquello terminó en pases de uno en uno, bellos retazos, pero sin unidad.

"El Tato" porfió con un primer toro bronco y descompuesto, al que pegó pases y pases, sin el fondo deseado.

Aportó más el cuarto, sobre todo en la distancia corta. Ahí estuvo otra vez el aragonés muy seguro y poderoso principalmente en el toreo a derechas. A pesar del todo se impuso la mala condición del toro para que la faena no alcanzara para redondear en triunfo. EFE

jmnb/cr

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