Marcos Chicot mezcla "thriller" e historia en "El asesinato de Pitágoras"

  • El escritor madrileño Marcos Chicot combina los géneros del "thriller" y la novela histórica en su última obra, "El asesinato de Pitágoras" en el que descubre la fascinación que siempre despertó el filósofo y matemático griego.

Jose Oliva

Barcelona, 2 nov.- El escritor madrileño Marcos Chicot combina los géneros del "thriller" y la novela histórica en su última obra, "El asesinato de Pitágoras" en el que descubre la fascinación que siempre despertó el filósofo y matemático griego.

En "El asesinato de Pitágoras" (Duomo Ediciones) cuando el anciano filósofo, uno de los personajes con más influencia en el poder político de su época, está a punto de elegir un sucesor entre los grandes maestros, estos comienzan a ser asesinados.

Tras los crímenes, ha explicado a Efe Chicot, se atisba una mente oscura y poderosa que parece superar a la del mismísimo Pitágoras, y a este poder maligno se enfrentan la enigmática Ariadna, hija del maestro, y el investigador egipcio Akenón.

La novela arranca, ha comentado el autor, "cuando estando en una clase de matemáticas la profesora dijo que en la época de Pitágoras no conocían el número pi y guardé unas anotaciones que hice, hasta que decidí escribir hace un par de años un 'thriller' en el que pudiera utilizar aquellos papeles".

Tras un año de documentación y de dibujar la trama y otro escribiendo, nació una novela en la que el autor no quería que el lector le "viera pintando un cuadro, por tanto, la novela tenía que entretener" y para ello contó con "un equipo de lectores de diferentes perfiles y edades, a los que no les interesaba necesariamente ni las matemáticas ni Pitágoras".

La novela es, según Chicot, rigurosa, pero "no quería novelar la historia simplemente, sino que quería hacer una trama de suspense".

A través del personaje de Ariadna, el autor muestra el papel que tenían las mujeres en la comunidad pitagórica, "muy diferente del resto de Grecia, donde eran casi esclavas y no tenían ni derechos ni capacidad de hacer nada, mientras que entre los pitagóricos las mujeres recibían formación".

De hecho, en la investigación Akenón utiliza la formación que Ariadna ha recibido y que él no atesora.

Reconoce Chicot que "El asesinato de Pitágoras" es "una novela muy cinematográfica para que las imágenes cobren una importancia vital y la trama de suspense es totalmente actual, con un ritmo dinámico, flashback, hilos de tramas".

Revela el autor ganador del Premio de Novela Francisco Umbral que la antigua Grecia es uno de los períodos que más le atraen "desde un punto de vista literario porque es el origen de lo que hoy es el ser humano; los griegos fueron los primeros en plantearse muchas cosas y además fue una época de conspiraciones políticas".

En ese marco, Pitágoras fue "el primero en mucho de estos campos y se le puede considerar como el único filósofo que llevó a cabo sus ideas de la política, sin haber ejercido el poder de manera directa, sino simplemente por su influencia, su maestría, hasta el punto de que llegó a controlar una decena de ciudades de la Magna Grecia".

La herencia dejada por Pitágoras, describe con entusiasmo Chicot, es inmensa: "creo la palabra matemático, además de ser un gran matemático, descubrió las reglas matemáticas de la armonía musical, la geometría, la moral, la astronomía o la filosofía".

Chicot aprovecha las escasas fuentes documentales sobre Pitágoras, pues "en su mayoría son legendarias y hagiográficas" e incluso se mantiene la controversia sobre su muerte, pues "mientras unas fuentes hablan de suicidio, que se dejó morir de hambre, otros sostienen que se aisló en el final de su vida y se dedicó al estudio".

El autor incluye en esta novela los dos primeros capítulos de la que será la continuación, de la que ya tiene escrita un primer borrador.

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