Martín Garzo no entiende que el drama humano de la crisis sea casi invisible

  • El escritor Gustavo Martín Garzo no entiende que el drama humano de la actual crisis escape de las primeras planas de los medios de comunicación, donde predominan de forma apabullante las informaciones vinculadas a su vertiente política y financiera.

Valladolid, 14 jun.- El escritor Gustavo Martín Garzo no entiende que el drama humano de la actual crisis escape de las primeras planas de los medios de comunicación, donde predominan de forma apabullante las informaciones vinculadas a su vertiente política y financiera.

"Se habla del rescate de los bancos pero no de las personas. La gente lo está pasando muy mal, fatal, y eso debería ocupar el primer plano", ha reflexionado esta tarde en Valladolid durante un café de redacción organizado por la Agencia Efe dentro del Museo de Arte Contemporáneo Español "Patio Herreriano" en su décimo aniversario.

La cultura del bienestar, la defensa de lo público, la conquista de derechos sociales "se está desarbolando: nos encontramos ante un retroceso muy grande y eso es muy preocupante", ha explicado el narrador vallisoletano, quien ha culpado también de esta situación al "capitalismo insaciable e impaciente que vivimos".

La sociedad, ha añadido, "parece que ha dejado de existir", que se ha olvidado de la idea del bien común, de comunidad y, "lo que es peor, ni siquiera nos interesa plantearlo".

Para tratar de encontrar "algunas claves" sobre lo que está ocurriendo en el mundo cercado por esta crisis global, el autor de "Y que se duerma el mar" ha recomendado la relectura de Carlos Marx, "un gran escritor y un gran pensador", pero no desde una postura dogmática, "como si se tratara de un texto sagrado", sino dialéctica.

Aunque cree que los políticos "van a remolque de los grandes intereses económicos" y que "no están a la altura de lo que necesita la ciudadanía", Martín Garzo (Valladolid, 1948) no ha escatimado críticas hacia una sociedad "excesivamente insolidaria y competitiva", donde "todos luchan contra todos" y rige el "beneficio inmediato" y la posesión de bienes.

Convencido de que la sociedad camina "un poco hacia el desastre", sí ha expresado su esperanza de que la crisis sea capaz de alumbrar formas nuevas de relación: "Lo importante es que sea el comienzo de algo nuevo".

Dentro de este contexto, el escritor galardonado con el Premio Nacional de Narrativa, el Nadal y el Castilla y León de las Letras, entre otros, ha elogiado el surgimiento de movimientos discrepantes como el del "15-M".

Ese movimiento de jóvenes a los que se había criticado su insensibilidad política y social representa "una conciencia crítica y la necesitamos; son inconformistas y se rebelan contra un estado de cosas que consideran injustas", ha añadido.

De la Iglesia Católica, Martín Garzo ha distinguido entre la "oficial", "la otra" y las "profundas creencias de determinada gente", antes de opinar que la primera ha desempeñado un papel "por lo general muy lamentable" en la historia de España, similar al que a su juicio aún protagoniza.

"La Iglesia oficial no ha sabido leer e interpretar los maravillosos mensajes de sus historias, que ha vuelto muy simples y transformado en algo que no son", ha expresado.

Además, el narrador ha manifestado que la "peor lacra" es la del inconformismo, "la de no cuestionar las cosas", labor que, entre otros protagonistas, ha asignado a los escritores y periodistas mediante el uso de la palabra.

"Asistimos a la decadencia de las palabras. Los escritores y periodistas deben convocarla, hacerla aparecer, devolverla a su ser, recuperar el valor que siempre tuvo, la que nos obliga y vale para siempre", ha considerado.

Escribe durante cinco horas diarias, "lento pero constante", en días laborables, festivos y vacaciones, y contempla "con incredulidad" su amplia obra, que ha cuajado en novelas, cuentos infantiles y ensayo, además de su faceta como articulista.

No espera más premios que el de ser leído y aspira a cumplir con la función que cree debe cumplir un fabulador, la de "enseñar a ver el mundo" a los lectores, la de llevarlos "a esos lugares donde las cosas se aprecian mejor", ha dicho.

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