Mateo Díez: "El perdedor expresa mejor que el triunfador nuestra condición"

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

Madrid, 28 sep.- La leyenda es para Luis Mateo Díez "el relato de lo inolvidable", y algo de legendaria tiene la nueva novela de este escritor, "Pájaro sin vuelo", protagonizada por "un héroe del fracaso", un hombre desamparado y extraviado pero "capaz de asumir su destino con conciencia e intensidad".

Ese tipo de personajes que tan magistralmente dibuja este escritor y académico de la Lengua en sus novelas "es dueño de un mundo interior profundo y representa bien al género humano. Yo diría que son seres que expresan mejor que los triunfadores nuestra condición", afirma Mateo Díez en una entrevista con Efe con motivo de la publicación por Alfaguara de este nuevo libro.

Mateo Díez (Villablino, León, 1942) no ha querido hacer "un análisis derrotista o degradador" de Ismael Cieza, el protagonista de la novela, sino que se acerca a él de una forma "cariñosa" porque es un ser "extremadamente cálido en sus pequeñas frustraciones, en sus desgracias, en sus infidelidades, en cómo intenta asumir la paternidad, en su extravío".

"Ello son seres complejos en un mundo lleno de complicaciones", "un perdedor que sufre el desgaste de la existencia", asegura este escritor que, como siempre hace, sitúa la nueva novela en Celama, ese territorio imaginario "lleno de ciudades de sombra" que él creó al principio de su trayectoria literaria y del que no tiene intención de salir. "Me siento muy a gusto en él", confiesa.

Galardonado con el Premio Nacional de Narrativa y de la Crítica, primero por "La fuente de la edad" y, luego, por "La ruina del cielo", Mateo Díez le da a su protagonista un aire "un poco ridículo, dostoievskiano. "Ismael tiene esos elementos de moral condolida que poseen algunos personajes rusos", comenta.

"La vida es un asunto a resolver", dice uno de los personajes de "Pájaro sin vuelo", pero los hombres como Ismael Cieza tienen "muy mermada la capacidad de resolución. Están entregados a quienes les acompañan y les quieren y se ven desbordados por cualquier cosa".

La novela cuenta un día crucial en la vida de Ismael, en el que se le juntan graves problemas reales y familiares que debe resolver.

"De pronto la realidad le explota en las manos y tiene que tomar resoluciones que le traspasan más de lo debido", señala este escritor, que enfrenta a su protagonista "a un dilema terrible". La sorpresa para el lector está garantizada.

Después de varios libros "un poco sombríos", Luis Mateo Díez explota de nuevo la vertiente del humor y de la ironía en "Pájaro sin vuelo", y buena parte de ese humor corre a cargo del estreñimiento crónico que padece el pobre de Ismael, una dolencia, por cierto, "heredada" de su padre.

El escritor quería hablar en esta novela de "cómo el cuerpo predetermina mucho al espíritu", y a Ismael Cieza, "dueño de un aparato digestivo problemático", ese asunto le "marca la vida".

"En el destino de Ismael el estreñimiento es una parte sustancial de su plenitud vital". "Es imposible un alma liberada sin un cuerpo que funcione bien", afirma con humor este novelista que ha trazado toda una filosofía de esa dolencia en su libro.

"En la taza del váter se fraguó buena parte de su espíritu melancólico", dice el narrador de la novela al referirse a ese "mal del cuerpo" que padecía Ismael.

A Mateo Díez no le gusta "dar doctrina", pero sí reivindica "cada vez más" el papel de los personajes en la narrativa. "Mis novelas son sobre todo personajes y trama y creo que, modestamente, soy un creador de personajes".

Y, sin duda alguna, Ismael Cieza engrosará la galería de personajes inolvidables de Luis Mateo Díez, en la que también ocupa un lugar destacado, por ejemplo, el comisario de su anterior novela, "El animal piadoso".

Este escritor defiende con pasión "la ficción pura y dura" y huye de "la que se mezcla con el ensayo o con el testimonio. Me gusta leerla, pero no hacerla", subraya.

"Lo contemporáneo de la ficción ya no es solo contar la vida sino el sentido de la vida; por eso en mis personajes hay un componente de pensamiento, hay una cierta filosofía de la existencia", indica Mateo Díez. "Hay mucho componente filosófico, y no quiero ser pedante".

Reflejar "el sentido de la vida" en las novelas "es un destino de la ficción contemporánea, y viene de atrás, de los grandes pensadores del siglo XX".

"Yo creo que es la gran herencia que tenemos los escritores del XXI: hacer una ficción compleja muy poderosa, que contenga un punto fuerte de reflexión sobre lo que pasa, pero que fluya de la propia narración, no de incluir un ensayo en la novela", concluye. EFE.

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