Menchu Gutiérrez refleja en una novela sus 20 años en el interior de un faro

  • Madrid.- La escritora madrileña Menchu Gutiérrez es una voz singular, una autora consagrada que acuña cada palabra con temple poético y precisión de relojero de la lengua. Vivió más de veinte años en un faro del norte de España y ahora esa experiencia de "huésped del faro" la ha plasmado en "El faro por dentro".

Menchu Gutiérrez refleja en una novela sus 20 años en el interior de un faro
Menchu Gutiérrez refleja en una novela sus 20 años en el interior de un faro

Madrid.- La escritora madrileña Menchu Gutiérrez es una voz singular, una autora consagrada que acuña cada palabra con temple poético y precisión de relojero de la lengua. Vivió más de veinte años en un faro del norte de España y ahora esa experiencia de "huésped del faro" la ha plasmado en "El faro por dentro".

Considerada una escritora de "culto" por su mirada singular e introspectiva y a contracorriente de tendencias novelísticas, Menchu Gutiérrez (Madrid, 1957) publica "El faro por dentro", en Siruela, junto a otro volumen "La niebla, tres veces", que reúne en un solo libro sus tres primeros títulos: "Viaje de Estudios", "La Tabla de más mareas" y "La mujer ensimismada".

Todos ellos, viajes líricos a diferentes paisajes que sirven como excusa para la verdadera propuesta de esta autora: viajar hacia el interior y convertir el "yo" en "un yo universal".

Y esa idea es la que ha perseguido en "El faro por dentro", donde no habla de su faro, sino de "todos los faros", de todas las luces, de todas las tempestades, mares y mareas que pueden tocar a cualquier ser humano.

"El faro ha sido fundamental en mi vida. He sido farera consorte pero no he querido hablar de un mi faro, que es universal, sino hablar de los faros del mundo desde mi condición de huésped", explica a Efe la autora.

Y para ello, Menchu Gutiérrez ha escrito dos textos diferentes en "El faro por dentro". Un primer relato sobre las últimas 24 horas de la autora antes de abandonar definitivamente este espacio, y "Basenji", un relato bellísimo, donde se subliman las emociones, sobre la intrigante historia de un farero y su perro africano "Basenji", "un perro desalmado, mudo como las piedras, cerrado".

"Con Basenji he querido hacer un desdoblamiento -precisa-. Yo no tengo nada que ver con ese farero, ese personaje masculino, pero he querido imaginar otra vida posible en un lugar tan extremo, como es el faro, donde es tan fácil sucumbir a los fantasmas de la soledad y a otros niveles de realidad".

Y Basenji es una metáfora tomada de El libro de los Muertos, el texto funerario de los antiguos egipcios, el perro encargado de llevar los mensaje desde el mundo de los vivos a los muertos.

Una metáfora y un símbolo como los muchos que utiliza esta autora, que ahora vive en Cantabria, en Liérganes, y que ha cambiado la mirada sobre un mar infinito por la visión de la montaña.

Egipto, Oriente, en especial China, Grecia, la mitología, las ciencias, las matemáticas o elementos como los fluidos o la sangre son otras figuras constantes en la narrativa de esta autora, en la que aúna reflexión y emoción a partes iguales.

"Siempre utilizo elementos potentes, llámese sangre o la niebla porque los intento elevar a rango de protagonistas. Dotarlos de vida propia como seres vivos", dice.

"Que no se apague la luz, ésa es la servidumbre vital del guardián de la torre; no puedes dejar que la luz se apague, igual que no puedes dejar de beber o de dormir", escribe el protagonista.

"Este libro es algo que tenía que hacer, una 'penúltima' reflexión sobre el impacto que ha sido en mi vida vivir en un faro, pero siempre desde mi condición de huésped, de tránsito, algo que te enseña a poner en entredicho la posesión. Nada es mío", concluye.

Y en "La niebla, tres veces", que aúna tres de sus obras y que también publica ahora Siruela, la autora de "El ojo de Newton" introduce un prólogo con sus reflexiones sobre la escritura, el paisaje de sus libros.

Carmen Sigüenza

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