Roma, 23 sep.- La firma italiana Moschino dio hoy sobre la pasarela de la Semana de la Moda Femenina de Milán toda una lección de mucho valor y aires taurinos al presentar su colección para la próxima primavera-verano, un claro homenaje a la estética textil de las corridas de toros.
Como si del albero se tratara, las modelos de la firma italiana salieron este viernes al "ruedo" de la pasarela milanesa para lucir unas propuestas inspiradas en la moda más folclórica española, donde la prenda estrella es la chaquetilla torera, con estampados de muy distinto tipo.
La mujer Moschino de la próxima temporada de calor recupera la estética de los años 80 y 90 del siglo pasado con grandes pendientes en tonos dorados, que recuerdan a los machos que cuelgan de las chaquetillas toreras y que contrastan con las monteras como complemento imprescindible para refugiarse del sol.
Los colores blanco, negro y dorado, que tiñe también las sandalias de tacón, son los que predominan en una colección en la que ellas juegan a la ambigüedad alternando prendas masculinas y femeninas, gracias también a la combinación de camisa y corbatín.
Los adornos de las prendas toreras que presenta Moschino van siempre en la línea de los bordados de los trajes de luces, con reminiscencias de la estética goyesca y ahondando siempre en el concepto de lo folclórico-español del que la firma italiana también hace uso de los volantes.
Pero el homenaje a lo folclórico no solo se remite a España, pues en las prendas propuestas hoy por la diseñadora Rosella Jardini, directora creativa de Moschino desde 1994, también hay inspiraciones de la tradición mariachi mexicana y de la estética del mundo de los vaqueros de Nuevo México (EEUU).
En esta tercera jornada de la Semana de la Moda Femenina de Milán, que se celebrará hasta el próximo martes, desfilaron también las propuestas del italiano Antonio Marras para la próxima primavera-verano, en las que predominan los estampados florales y de inspiración tribal africana.
La geometría de esos estampados africanos y lo psicodélico de las miles de flores diminutas que rayan en el puntillismo pictórico contrastan en los vestidos sin mangas y las camisolas a las que acompañan con fondos negros, en una combinación que también recuerda mucho a los años 90.
El modisto sardo, que este viernes planteó sobre la pasarela una colección basada en la dualidad señora burguesa frente a criada, apuesta asimismo por las faldas tubo de materiales en inspiración plástica y por los bolsos de mano, junto a prendas de ropa interior con estampados de leopardo.
La banda sonora del final del desfile corrió a cargo del tema "Je ne regrette rien" de Edith Piaf, algo que muchos interpretaron como un mensaje subliminal ante su reciente salida de la dirección creativa de la firma francesa Kenzo.
La casa italiana Etro apuesta, por su parte, por tejidos livianos, en ocasiones exageradamente amplios y con plisados en una ecléctica combinación de prendas de colores muy distintos.
Para mañana, en la cuarta jornada de la Semana de la Moda Femenina de Milán están previstos los desfiles, entre otros, de Emporio Armani y Just Cavalli.
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