Murales uruguayos ornan escuela libanesa para alejar fantasmas de la guerra

  • Dos murales de paisajes uruguayos decoran desde esta semana una escuela pública libanesa, con una mayoría de alumnos sirios, con la intención de alejar los fantasmas de la violencia en esta conflictiva región.

Beirut, 11 oct.- Dos murales de paisajes uruguayos decoran desde esta semana una escuela pública libanesa, con una mayoría de alumnos sirios, con la intención de alejar los fantasmas de la violencia en esta conflictiva región.

El artista Damian Ibarguren explicó hoy a Efe que "cuando el mundo piensa en esta zona como una de guerra y conflicto, Uruguay trae pinturas, arte y murales".

El artista afirmó que su objetivo era lograr que la escuela fuera "más amena y agradable" para los niños, especialmente para los sirios que se han refugiado en el Líbano huyendo de la violencia.

Los murales, que muestran paisajes campestres y escenas familiares, se encuentran en la escuela pública Uruguay, la primera en el Líbano que lleva el nombre de un país extranjero.

Cuando fue fundado hace cerca de 50 años, el colegio Uruguay recibía unos 70 alumnos, en su mayoría huérfanos, pero en enero de este año ascendieron a 200 y ahora con la llegada masiva de refugiados sirios superan los 700.

Ibarguren, que necesitó dos jornadas para terminar los murales, expuso su obra también en la Universidad Santo Espíritu de Kaslik, donde dio una charla a los alumnos de la facultad de Bellas Artes.

"Mi idea es que quede algo lindo en el colegio y que los niños puedan imaginarse un poco de allá, que conozcan un poquito Uruguay", agregó el artista.

La embajadora de Uruguay en Beirut, Marta Pizzanelli, dijo a Efe que con la obra de Ibarguren quisieron "hacer un homenaje desde Uruguay a esta escuela", que cuenta con un busto del prócer José Artigas.

Ante la difícil situación actual del colegio debido al creciente número de alumnos, la embajada trata de ampliar una comisión de apoyo ya existente y organizar más actividades para recaudar fondos.

Líbano acoge a más de 768.000 sirios, según el último informe del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), aunque las autoridades locales elevan esa cifra a 1.300.000.

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