"Nacida para reina", retrato de una Fabiola discreta coherente y desconocida

  • Madrid.- A punto de cumplirse 50 años de la boda de Balduino de Bélgica con la española Fabiola de Mora y Aragón, se publica "Nacida para reina", cuyo autor, Fermín J. Urbiola, reúne testimonios de gente cercana a esta mujer marcada siempre por "la discreción" y "la coherencia".

"Nacida para reina", retrato de una Fabiola discreta coherente y desconocida
"Nacida para reina", retrato de una Fabiola discreta coherente y desconocida

Madrid.- A punto de cumplirse 50 años de la boda de Balduino de Bélgica con la española Fabiola de Mora y Aragón, se publica "Nacida para reina", cuyo autor, Fermín J. Urbiola, reúne testimonios de gente cercana a esta mujer marcada siempre por "la discreción" y "la coherencia".

El resultado es un retrato "cercano" de la que se convirtió en reina de los belgas el 15 de diciembre de 1960, cuando dio el "sí" al rey Balduino ante cuarenta familias reales y cerca de 4.200 invitados.

Desde la muerte del rey Balduino, en 1993, Fabiola mantiene el título de reina, que también corresponde a Paola, esposa de Alberto II.

Tras su matrimonio, Fabiola se convirtió en la española más influyente en la historia del siglo XX, pero hoy, ni una sola calle de su Madrid natal la reconoce. Como tampoco ha sido protagonista de otras biografías escritas en España, como recuerda a Efe Urbiola.

"¡Los que quieren salir salen!. ¿No es cierto?. Y si ella no ha salido es por su absoluta discreción. Su cabeza y su corazón están ocupados en aspectos más grandes", apunta el escritor y periodista, quien al preparar su primera obra, hace dos años y medio, sobre la reina Sofía, veía continuas referencias a Fabiola y así comenzó su interés por ella.

"Ya antes era un personaje que me gustaba de lejos, pero a medida que iba viendo sus fotografías me iba atrayendo más y más ese algo que desprende su persona. Y decidí escribir sobre ella", explica Urbiola, quien entonces comenzó a "hurgar" en todo lo relacionado con Fabiola.

En una primera etapa se encargó de la bibliografía, repasando archivos, revistas, anticuarios y otros fondos que tuvieran que ver con los tiempos de la familia de Mora y Aragón, desde que vivía en su magnífico palacio de la calle Zurbano hasta que la familia se exilió al proclamarse la República siguiendo al rey Alfonso XIII hasta Lausana (Suiza).

En una segunda etapa de la elaboración del libro, Urbiola fue "moviéndose sutilmente y muy poco a poco" entre aquellas personas del entorno de Fabiola antes de casarse.

"Duquesas, marquesas, condesas y hasta jornaleros que trabajaron las tierras de sus padres. Fue la parte más bonita y me ha ayudado mucho personalmente -explica el autor- porque encontré personas con una gran categoría humana".

De esta forma, "Nacida para reina" se convierte en un retrato "cercano" de Fabiola, al contrario que las biografías escritas en Bélgica que son "más frías".

Y es que, como explica el escritor: "Siempre conoces más a una persona por lo que dicen de ella los amigos, los familiares, aquellos que trabajaron con ella. Y en el caso de esas viejas amigas, siguen tratándola ahora 'en la medida que ella puede', como me dicen ellas".

Así explica Urbiola la cercanía y la humanidad de ese círculo que recuerda a la joven Fabiola "de antes de saltar el notición". Como también hablan de una mujer moderna para la época, que se independizó de la casa paterna, se hizo una operación de estética en la nariz, compuso e inscribió un valls en el registro, publicó un libro de cuentos, todo ello sin renunciar a sus fuertes convicciones religiosas.

Por eso el autor reniega de ese estereotipo de "ñoña" para hablar de modernidad cuando explica cómo el primer día de su reinado creó en palacio una oficina de asistencia social y se desprendió de todos los regalos inútiles para donarlos en obras sociales. "Era generosa y coherente", añade Urbiola.

El título del libro fue lo último en aparecer. Urbiola lo tomó del apelativo con que llamaban a Fabiola primero sus hermanos y luego sus sobrinos. "La reina" o "Tía Queen" por ese porte que tenía. "Más que una anécdota graciosa es como una premonición", apunta Urbiola, quien envió un ejemplar a Fabiola y define su respuesta con dos palabras de admiración: "señorío y discreción".

Mercedes Cerviño

Mostrar comentarios