Nely Reguera, la cineasta que radiografió la locura

  • La joven realizadora acaba de ganar el premio "Versión Española" por su corto "Pablo", la historia de un enfermo mental que recibe la visita de su padre y su hermana durante su estancia en la cárcel.
La joven realizadora Nely Reguera acaba de ganar el premio “Versión Española” por su corto “Pablo”
La joven realizadora Nely Reguera acaba de ganar el premio “Versión Española” por su corto “Pablo”
lainformacion.com
Julio Vallejo / Aviondepapel.tv

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Nely Reguera parece interesada por las vinculaciones entre problemas psiquiátricos y familia. En "Noise" –que ahora está sufriendo un proceso de remontaje que convertirá el corto en "Ruido"–, la cineasta catalana nos contaba la peculiar historia de un esquizofrénico a través de las palabras de su hermana. Ahora, unos años después de aquel primer acercamiento a las fauces de la locura, la cineasta se acerca al mismo asunto a través de una larga charla entre un preso con problemas psiquiátricos y sus familiares. Ambos tienen, además, un nexo en común: la presencia de Pablo Derqui, actor al que pronto veremos en "Los ojos de Julia". La directora nos desvela algunas claves de su obsesión por las enfermedades mentales en la siguiente entrevista, tercera de la serie "Jóvenes, mujeres y del cine".

¿Cómo surge "Pablo"?

Me apetecía contar una historia que hablara de la esquizofrenia desde el punto de vista de los familiares. Me parece muy difícil el proceso que deben hacer las familias para aprender a convivir y a relacionarse con un enfermo esquizofrénico.

A pesar del gran drama de los personajes, la película no carga las tintas en el plano melodramático e incluso hay algún elemento de humor, ¿cómo conseguiste esta extraña mezcla?

Tenía muy claro que quería contar esta historia desde la cotidianeidad, alejándome del melodrama. La historia de por sí ya es suficientemente cruda. Por eso decidimos situar a los personajes unos meses después del incidente. Además, siempre me ha atraído la forma de reaccionar que tenemos tras una situación traumática. Si al principio nos sentimos desorientados, y querríamos que el mundo parase para ser capaces de asimilar lo ocurrido, llega un momento en que necesitamos volver a la normalidad. Recuperar nuestra rutina y sentir que nuestra vida puede volver a ser normal. Necesitamos frivolizar sobre ello, reírnos, dejar de vivir en el drama.

Además, para mí el sentido del humor es algo imprescindible. Creo que es imposible vivir una situación de este tipo sin reírte, es algo necesario para poder sobrellevarlo. En definitiva, no deja de ser un mecanismo de defensa.

Pablo Derqui, el protagonista de la cinta, ha ganado también un premio en "Versión española" por "Pablo" y es uno de los protagonistas de "Los ojos de Julia", ¿cómo es trabajar con él? ¿Cómo hiciste para que estuviera verdaderamente soberbio sin que acudiera a la sobreactuación?

Con "Pablo" ya habíamos trabajado anteriormente y siempre nos hemos entendido muy bien. Lo cierto es que escribí el guión pensando en él. Es un actor con mucho talento y con el que resulta muy fácil trabajar.

Respecto al tono de las interpretaciones, el trabajo con él y con el resto de actores fue en esa dirección desde el principio. Queríamos una película naturalista con unos personajes cercanos y empáticos. Una de mis mayores preocupaciones era conseguir que pareciesen una familia. Estaba muy contenta con los actores que había conseguido, pero me preocupaba cuál iba ser la relación entre ellos. Empezamos a ensayar dos semanas antes del rodaje y enseguida surgió la complicidad. Lo cierto es que fue un trabajo muy bonito.

En "Noise" también abordaste la relación entre enfermedad mental y familia, ¿qué es lo que te atrae del tema?

Me atrae la idea de aprender a relacionarte de nuevo con alguien conocido. Sentir que un ser querido se vuelve un desconocido debe ser algo muy extraño y difícil de sobrellevar. El proceso que debes hacer para encontrar otra forma de relacionarte y adaptarte a la nueva situación me parece muy interesante.

¿Qué te llevó a los terrenos del documental en "Muxía, una herida"?

Muxía surgió de forma espontánea, lo cierto es que no me había planteado antes hacer un documental, pero ocurrió la catástrofe del Prestige y quise ir a Galicia. Parte de mi familia es de allí y lo que ellos nos contaban no se Correspondía con lo que veías en televisión. Una vez allí decidí que quería rodar algo al respecto. Así surgió el documental de Muxía. La verdad es que fue un proyecto muy bonito que fue evolucionando mientras rodábamos.

Tu corto cuenta con el apoyo de la ESCAC (Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya), ¿en qué medida crees que esta escuela está siendo importante en el desarrollo de nuevos talentos del panorama nacional?

Para mí una de las ventajas más importantes de haber estado en una escuela, es toda la gente que conoces. Los compañeros con los que te formas y luego te gusta trabajar. La ESCAC te enseña a amar el cine y a trabajar en equipo, y eso son dos cosas imprescindibles para trabajar en esta profesión.

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