No me envíes tu manuscrito; búscate un agente literario

  • “Estimado autor, lamentablemente el comité de lectura de nuestra editorial ha desestimado el manuscrito que nos remitió. Debido al gran volumen de obras que nos llegan mensualmente, no podemos comunicarle las razones de dicho desistimiento, por lo que nuestra decisión no implica ninguna valoración literaria de su novela, sino que su obra no se adapta actualmente a nuestro catálogo ni a nuestro plan editorial”.
David González | aviondepapel.tv

Las cartas de cortesía que las editoriales envían a los autores inéditos que han remitido el manuscrito de una novela, ya no son novedosas para los escritores. Salvo que tenga la suerte de ser publicada, éste rechazo epistolar es el último peldaño que recorre una obra literaria inédita. 

Cuando una editorial recibe un manuscrito, éste transita por una serie de departamentos editoriales dentro de los cuales recibe un sí o un no, en un plazo que oscila entre tres y seis meses. Las editoriales registran la obra y un comité de lectura lo valora según los parámetros literarios o comerciales. Si pasa esta primera criba, continúa su andadura hasta los informadores profesionales y, de ahí, hasta lograr la aceptación o la negativa final del editor.    

“Otras veces, somos los editores los primeros lectores de los originales recibidos y quienes, o bien tomamos una decisión, o bien la contrastamos con la de otros editores”, explica Elena Ramírez, directora editorial de Seix-Barral.

Sin embargo, lo cierto es que los escritores noveles cada vez lo tienen más difícil para publicar. Los editores están saturados por la gran cantidad de obras inéditas que les llegan y desvían la labor de selección previa a los agentes literarios, aquellos representantes que intermedian entre el autor y la editorial, a cambio de un porcentaje de derechos de explotación.  

“La avalancha de manuscritos es tan grande en las editoriales que el agente literario se ha hecho fundamental. Los editores se fían de nuestro criterio. Nosotros sabemos qué autores casan con una editorial y qué libros se adecúan a su catálogo de publicación. Hay editoriales que buscan calidad literaria y otras que demandan títulos más comerciales”, asegura Palmira Márquez, directora de la agencia literaria DosPassos.

“En cierta medida el recibir un original de un agente nos inclina a pensar que ha resistido un filtro y selección previa, pero no siempre es una garantía. En Seix Barral miramos igual lo que viene vía agente y lo que viene espontáneamente”, añade Elena Ramírez.

Así, los agentes literarios se convierten en una nueva puerta de entrada o una barrera para los escritores inéditos. Normalmente, las agencias literarias poseen estructuras más pequeñas, con lo que prolonga una respuesta de valoración de los manuscritos. Por ejemplo, la editorial Seix-Barral recibe una media de 800 inéditos al año, mientras que la agencia literaria DosPassos ya está recibiendo 20 manuscritos a la semana; es decir, más de un centenar cada temporada.

En España se publican más de 18.000 títulos literarios y casi 12.000 libros de temática infantil y juvenil de ficción, según datos el Ministerio de Cultura. Por tanto, no sería descabellado asegurar que el volumen total de manuscritos que reciben las editoriales iguale o supere la cifra total de los 30.000 libros de narrativa publicados en nuestro país anualmente.

Y si hablamos de los tiempos, la llegada de las obras a las librerías, si sucede, se torna una espera más de largo que de corto plazo. Cuando una editorial acepta publicar una novela, ésta puede tardar un bienio en salir a la luz. Los grupos editoriales tienen planificado su catálogo casi con uno o dos años de antelación, por motivos de distribución y marketing. Así, desde que el escritor pergeña y culmina la novela hasta que llega a los anaqueles de los libreros, puede transcurrir casi tres años.

Por este motivo, editores y agentes literarios siempre repiten las palabras perseverancia y paciencia. Recomiendan al autor registrar primero la obra, buscar un agente que la valore y la mueva en el sector o bien enviarla directamente a la editorial, estudiando si se adapta a su catálogo de publicaciones o temáticas. La fórmula siempre tiene la misma formalidad. El escritor deberá remitir una breve carta de presentación, una sinopsis del manuscrito y dos o tres capítulos previos (o toda la obra). Si el manuscrito sufre rechazos, seguir mejorándolo o continuar con los envíos desde editoriales más grandes hacia las más pequeñas.

Sin embargo, siempre queda el consuelo de la esperanza. El manuscrito rechazado por una editorial puede rescatarse cuando el mercado marque su ley y sus modas. En los últimos años, las ventas de los géneros de novela negra o de literatura juvenil de vampiros han logrado que resuciten aquellos manuscritos que antaño fueron desestimados. Muchas editoriales tienen así una “habitación de los sueños” donde hibernan los informes de lectura y sus correspondientes títulos inéditos. 

“¿Una habitación de los sueños? Ahora que lo dices veo claro que es urgente y necesario nombrarla así. Jamás hay que dejar de soñar, jamás hay que desistir ante un rechazo, muchas veces obedecen a motivos extraliterarios y los criterios y necesidades pueden variar de una editorial a otra. Siempre que doy un no, animo mucho a que, aquel que crea en lo que hace, persevere hasta lograr su sueño”, finaliza Elena Ramírez.

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