Oreja para Antonio Ferrera, que pincha la puerta grande en Xátiva

  • Xàtiva (Valencia).- En el festejo mixto que ponía colofón a la Feria de Agosto de Xàtiva lo mejor llevó la firma de Antonio Ferrera, que cortó una oreja y perdió al menos otras dos por el mal uso de los aceros, mientras El Califa y el rejoneador Antonio Domecq, que sufrió un espectacular percance, se marcharon de vacío.

Xàtiva (Valencia).- En el festejo mixto que ponía colofón a la Feria de Agosto de Xàtiva lo mejor llevó la firma de Antonio Ferrera, que cortó una oreja y perdió al menos otras dos por el mal uso de los aceros, mientras El Califa y el rejoneador Antonio Domecq, que sufrió un espectacular percance, se marcharon de vacío.

FICHA DEL FESTEJO.- Se lidiaron dos toros de Ramón Sánchez para rejones, deslucidos y complicados. Cuatro de Ana Romero para la lidia a pie, desigualmente presentados y faltos de raza y casta.

Antonio Domecq, silencio tras aviso y división de opiniones.

José Pacheco "El Califa", palmas y silencio.

Antonio Ferrera, oreja tras aviso y ovación.

Entrada, un quinto de plaza.

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Abrió plaza el rejoneador Antonio Domecq, que vivió una accidentada tarde. Los toros de Ramón Sánchez desarrollaron mucho peligro y el primero de ellos le prendió de manera dramática, montando a la yegua "Vanidosa", a la salida de un rejón de castigo.

Espectacular la imagen del equino y el jinete a merced del toro contra las tablas en unos instantes que se hicieron eternos. Por fortuna todo pareció quedar en una fuerte paliza para ambos a falta de una mayor observación médica.

A partir de ahí, el caballero jerezano fue todo pundonor y voluntad muy mermado físicamente aquejado de un fuerte golpe en la pierna derecha. Puso todo de su parte en dos lidias en las que sobre todo destacó con "Cacao", pero en ambas pasó un quinario con el rejón de muerte.

José Pacheco "El Califa" toreaba ante su afición pero tampoco tuvo fortuna en el sorteo. A su primero, mansito y sin celo, trató de sujetarlo por el pitón derecho logrando tandas de mérito. Con la oreja cortada, los aceros le jugaron una mala pasada.

Con el otro, que nunca descolgó y embistió sin emplearse, tiró de efectismos para amarrar un triunfo que no llegó de nuevo por el desatino en la suerte suprema.

El extremeño Antonio Ferrera se llevó la tarde de calle. Gran faena del extremeño a su primero, al que tras el habitual alboroto con las banderillas toreó con gusto, temple y torería. Se sintió Ferrera en una lidia que tuvo la medida y el tiempo justos.

El pinchazo y la media estocada dejaron en un trofeo lo que debieron ser dos. Otra oreja perdería del sexto, manso y deslucido al que de nuevo clavó hasta cuatro pares muy celebrados, sobre todo uno al quiebro de mucha pureza.

Entendió Ferrera al manso de Ana Romero y le dio fiesta pero no le ayudó a la hora de matar y se esfumó la puerta grande.

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