Oreja para Ponce y Morante en el cartel estrella de la feria de Córdoba

  • Los diestros Enrique Ponce y Morante de la Puebla han cortado hoy una oreja cada uno en la última corrida de a pie de la Feria de Córdoba, que se clausura mañana con una de rejones, en una tarde donde Talavante se fue de vacío tras malograr con la espada la faena al último toro.

Córdoba, 31 may.- Los diestros Enrique Ponce y Morante de la Puebla han cortado hoy una oreja cada uno en la última corrida de a pie de la Feria de Córdoba, que se clausura mañana con una de rejones, en una tarde donde Talavante se fue de vacío tras malograr con la espada la faena al último toro.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Zalduendo, el primero como sobrero, aceptables de presentación y nobles en general.

Enrique Ponce: media tendida y dos descabellos (ovación); y estocada desprendida (oreja).

José Antonio "Morante de la Puebla": pinchazo hondo (oreja); y dos pinchazos y estocada (ovación).

Alejandro Talavante: estocada envainada y estocada trasera (silencio); y tres pinchazos, estocada trasera y casi entera (ovación tras aviso).

La plaza tuvo algo menos de tres cuartos de entrada en tarde agradable con intermitente lluvia.

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Ponce consiguió dibujar una faena de corte clásico ante su segundo, después de haber saldado su compromiso ante el que abrió plaza mostrándose por encima del animal, que fue a menos desde el inicio de la faena de muleta.

En el cuarto, dejó un correcto saludo capotero antes de realizar una faena con entrega donde supo amoldar la acometida de la res para fundamentar su acción en series templadas con ambas manos, aunque mejor por el derecho.

Morante regresó a Los Califas con intención de rememorara éxitos pasados. El de la Puebla del Río, voluntarioso toda la tarde, dejó en su primero pinceladas de toreo artístico aunque de manera más intermitente, dada la condición del astado. Bien en los remates y profundo en el toreo con la mano baja.

En el segundo, con más ímpetu de salida, repitió destellos aunque con menos ligazón, puesto que el animal anduvo justo de todo.

Talavante, desaparecido en su primero, recibió de capote al último con entrega, apuntando una discreta profundidad. De muleta, y tras brindar al público, cuajó una faena con ambas manos que transcurrió entre la media y la corta distancia. De no haber fallado con el acero, pudo haber obtenido trofeo.

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