Pablo Llorca analiza el dilema entre las ideas y la realidad a través del comunismo

  • Las Palmas de Gran Canaria.- El director de cine español Pablo Llorca narra en su tercer largometraje, "El Mundo que fue y el que es", la evolución de miembros del Partido Comunista (PC) durante la segunda mitad del siglo XX para analizar el dilema entre la fidelidad a las ideas y su adaptación a la realidad.

Las Palmas de Gran Canaria.- El director de cine español Pablo Llorca narra en su tercer largometraje, "El Mundo que fue y el que es", la evolución de miembros del Partido Comunista (PC) durante la segunda mitad del siglo XX para analizar el dilema entre la fidelidad a las ideas y su adaptación a la realidad.

Así lo explicó hoy en una rueda de prensa el director con motivo de la participación de su película en la sección oficial a concurso del XII Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, donde esta cinta pretende hacer reflexionar, desde la óptica de la represión que sufrieron los presos políticos del Franquismo de la evolución del tiempo y las dudas que plantea un mundo en evolución.

Así, Llorca manifestó que su trabajo, además de los "claroscuros del PC", tiene la intención de mostrar, desde la evolución de este partido político, aunque también podría sido desde la Iglesia Católica, según dijo, el debate sobre si hay que permanecer fiel a las ideas en las que se cree, pese a que no exista realidad a la cual aplicarlas, o si, por el contrario, hay que adaptarse a la realidad y acabar perdiendo las señas de identidad.

Aunque admitió no tener respuesta para la pregunta que plantea su cinta, Llorca dijo que su trabajo no es una película sobre comunistas y consideró que la represión franquista es un período de la historia española que puede dar lugar a muchos tipos de películas.

Aclaró que los personajes de su último trabajo son ficticios y elaborados a partir de un arduo trabajo de documentación, en el que ha leído muchas memorias y biografías de dirigentes comunistas.

Pablo Llorca aseguró que no se define "como director de nada" y afirmó que a la hora de hacer cine procura "no anteponer un estilo supuesto a las historias" que cuenta.

Además, rechazó que se le encasille como un director histórico, si bien admitió su voluntad de ambientar sus películas en tiempos pasados "como reflexión de lo actual", como hizo en "La Cicatriz", un trabajo ambientado en la Guerra Fría, aunque centrada en la historia de amor que viven sus dos protagonistas.

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