Paloma Pedrero publica 6 de sus obras de teatro con "personajes conmovidos"

Madrid, 1 jun.- "Pájaros en la cabeza" (Cátedra) es el último libro de Paloma Pedrero, en el que ha reunido seis de sus obras teatrales donde sus protagonistas comparten "algo que les está conmoviendo profundamente: tienen pájaros en la cabeza", ha explicado en una entrevista con Efe.

"Cachorros de negro mirar", "Los ojos de la noche", "En el túnel un pájaro", "En la otra habitación", "El secuestro" y "Ana el once de marzo" son las obras que reúne el volumen, todas ellas ya estrenadas y en las que se pueden encontrar historias que tratan desde la crítica al poder hasta la violencia injustificada como la del atentado del 11 de marzo en Madrid.

En esta última trata la incertidumbre que sufre una madre, una amante y una hija que buscan a un mismo hombre tras el atentado: "Quise escribir desde la visión de las víctimas que se han quedado viudas, me planteé el momento terrible de la incertidumbre".

Su compromiso no solo se queda en los textos, sino que además Pedrero (Madrid, 1957) es fundadora de la ONG Caídos del Cielo, que hace teatro con personas sin hogar y que acaba de obtener el premio Dionisos de la Unesco Comunidad de Madrid para proyectos teatrales con repercusión social.

"Las personas sin hogar, a través del teatro, vienen a darnos su dolor, su lucha, su capacidad de remontar: son especialmente sensibles, con una vena artística muy fuerte", ha asegurado Pedrero, quien añade que se trata de una labor muy gratificante.

"Estoy convencida de que hay que ir de lo pequeño a lo grande. A través de las relaciones humanas podemos descubrir mucho más de lo social y de lo político", ha defendido Pedrero, para quien hablar directamente de un conflicto podría llegar a ser algo "panfletario".

"Es responsabilidad de la cultura hacer crítica, pero de una manera bonita y no violenta", ha asegurado la dramaturga, para concluir que su teatro mira al futuro desde el presente porque tiene compromiso social.

Sus obras se conectan habitualmente con conflictos que sufre la sociedad, aunque acepta que en el pasado el teatro se acomodó y ahora debería estar alejado del poder.

Pedrero denuncia que a la sociedad le falta capacidad de soñar y esto impide que la gente sepa que se pueden cambiar las cosas y que no tiene por qué resignarse a lo que acontece: "Nos estamos dando cuenta de que las cosas no funcionan y está en nuestras manos cambiarlas".

En esa transformación, la autora considera que a la cultura le corresponde un papel fundamental: "Somos responsables de intentar transformar el dolor en belleza, el desastre en esperanza, el caos en armonía".