Paula Markovitch: "El cine es literatura"

  • La directora argentina Paula Markovitch, que presenta estos días en el Festival de Jerusalén su película "El Premio", considera que "el cine es literatura" ya que un guión es "una obra en si misma que recibe una puesta en escena".

Antonio Pita

Jerusalén, 14 jul.- La directora argentina Paula Markovitch, que presenta estos días en el Festival de Jerusalén su película "El Premio", considera que "el cine es literatura" ya que un guión es "una obra en si misma que recibe una puesta en escena".

"En realidad un texto dramático es una pieza dramática, una obra en si misma. Y la puesta en escena, sea cinematográfica o teatral, es una puesta en escena", señaló hoy en entrevista con Efe en Jerusalén.

Algo que, a su juicio, queda a menudo en el olvido cuando las palabras se convierten en imágenes y llegan a la gran pantalla.

"Muchas veces la puesta en escena cinematográfica, la imagen, es tan impactante o tiene un hechizo tan particular que hace olvidar su origen de papel", señala Markovitch, cuya ópera prima de larga duración, "El Premio", obtuvo en la pasada Berlinale un Oso de Plata a la mejor aportación artística.

La cineasta, que ha ejercido como guionista (o escritora, como prefiere) antes de dar el salto a la dirección, cree por ello que "el contenido también triunfa comercialmente".

"Si no hay contenido, es difícil que sobreviva una pieza artística o con propósitos comerciales", señala antes de abogar por preguntar a los jóvenes qué quieren ver, en vez de dar por bueno el "prejuicio del mercado de que quieren algo rápido".

Markovitch, judía y residente en México desde hace dos décadas, visita por primera vez Israel, un lugar donde sus padres "pensaron muchas veces" en establecerse, no tanto por convicciones sionistas como para escapar de la dictadura militar, unirse a la familia e iniciar una nueva vida en la que "dar lo mejor de ellos mismos".

"Mis padres no eran religiosos para nada, ni siquiera me enseñaron los ritos. Mis abuelos tampoco. Son muchas generaciones de judíos no religiosos, librepensadores, libertarios, con convicciones sociales muy importantes", explica.

Markovitch no entra a fondo en el conflicto palestino-israelí, pero defiende la multiculturalidad como elemento de enriquecimiento.

"Creo en las sociedades multiculturales y creo que, en la medida en que Israel sea más multicultural, va a ser más fuerte también. No me parece que la multiplicidad de culturas sea una amenaza, sino todo lo contrario", argumenta.

El público israelí, estima, ha conectado con "El Premio", relato autobiográfico de la "orfandad" y "desamparo cósmico" que sintió durante un episodio de su infancia en plena dictadura militar, porque "a muchos les habló de su historia".

"Lamentablemente hay un conexión a todo nivel entre la dictadura militar argentina y el nazismo (...) Sentí que la película venía a hablar de sentimientos de muchos, que venía a dar un alivio.", agrega sobre sus dos pases en el festival, que concluye el próximo sábado.

Markovitch ha terminado ya el guión de su próxima película, que contará la vida de su padre, Armando Markovitch, "un pintor que vivió y murió en una absoluta marginación política y económica" y practicó la "resistencia artística" frente a la dictadura.

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