Ponce indulta un toro de Olga Jiménez en primera corrida de feria de Murcia

  • El diestro Enrique Ponce ha indultado hoy un excelente toro de la ganadería de Olga Jiménez en la primera corrida de la feria de Murcia, en la que ha cortado las dos orejas y rabo simbólicos a este astado y salido a hombros junto a El Fandi y José María Manzanares, que han empatado a dos apéndices.

Murcia, 14 sep.- El diestro Enrique Ponce ha indultado hoy un excelente toro de la ganadería de Olga Jiménez en la primera corrida de la feria de Murcia, en la que ha cortado las dos orejas y rabo simbólicos a este astado y salido a hombros junto a El Fandi y José María Manzanares, que han empatado a dos apéndices.

El toro indultado, el cuarto al que el matador ha perdonado la vida en el coso de La Condomina, lleva el número 32, de nombre Filósofo, de pelo colorado y que ha arrojado en la báscula 530 kilos.

La plaza ha registrado más de media entrada.

Se han lidiado toros de la ganadería de Hermanos García Jiménez, el quinto devuelto por cojo y sustituido por otro de El Pilar.

Las reses han contribuido al lucimiento de las espadas, con excepción del segundo y el quinto bis, que han tenido poca clase.

Enrique Ponce: ovación con saludos y dos orejas y rabo simbólicos.

David Fandila "El Fandi": oreja y oreja.

José María Manzanares: palmas y dos orejas.

Enrique Ponce, que no ha podido conseguir faena en el primero de la tarde, que tuvo nobleza pero pocas fuerzas, ha realizado una faena para la historia en el toro del indulto, en el que las tandas de muletazos alternadas con las de naturales se sucedían con mucho temple, mientras que el astado acudía boyante a la muleta.

El torero de Chiva (Valencia) perdonaba así la vida al que hace el número cuatro en el coso de La Condomina desde que en 1992 indultó a Bienvenido, de la ganadería de Jandilla.

El granadino El Fandi no ha tenido suerte con su lote, al que le ha faltado recorrido y transmisión, y se ha lucido, como es habitual en él, en los tercios de banderillas y en dos soberbias estocadas volcándose sobre el morrillo.

El alicantino Manzanares no se ha entendido con el que ha hecho tercero, pero se ha desquitado en el que ha cerrado plaza, con el que se ha reencontrado con su toreo templado y con muletazos interminables.

Su faena no ha tenido la profundidad de otras tardes, pero sí interés por su disposición y forma de cuidar al toro para aprovechar al máximo su bravura y nobleza. EFE

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