Popular calle de Asunción atestigua vigencia de la medicina natural guaraní

  • Una calle del popular Mercado 4, en Asunción, funciona desde hace décadas para los capitalinos como una indispensable "farmacia" al aire libre que atestigua la vigencia en Paraguay de la antigua tradición guaraní de consumir hierbas medicinales.

María Sanz

Asunción, 20 ene.- Una calle del popular Mercado 4, en Asunción, funciona desde hace décadas para los capitalinos como una indispensable "farmacia" al aire libre que atestigua la vigencia en Paraguay de la antigua tradición guaraní de consumir hierbas medicinales.

Son los yuyos, palabra guaraní que significa "hierbas" y es empleada en varias zonas del Cono Sur para nombrar a plantas y arbustos.

Manojos de salvia, tilo, cedrón, carqueja, boldo, menta y otros productos llegados del campo paraguayo esparcen sus olores por este gran herbolario, popularmente conocido como el Paseo de los Yuyos,

Allí acuden los lugareños como si se tratase de un consultorio médico y en busca de remedios naturales contra el dolor de cabeza o el resfriado.

"Yo no estoy en contra de los doctores, pero los remedios yuyos te curan más. Te curan definitivamente", afirmó a Efe Simeona Acosta, que ofrece plantas medicinales en el Mercado 4 desde hace 45 años.

Acosta conoce los nombres de todas las plantas que se amontonan en su puesto, y a fuerza de experimentar con ellas durante años, logró que le revelaran también sus secretos.

En su mesa, hay hierbas que sirven para casi todo: para conciliar el sueño o para despertarse, para calmar los dolores de cabeza o los menstruales, para combatir el calor o curar los resfriados.

La veterana comerciante confía ciegamente en las propiedades casi mágicas que atribuye a sus plantas, pero asegura que lo imprescindible para que la receta surta efecto es "tener paciencia".

El trabajo de "yuyera" tiene bastante de artesanía: hay que aprender a limpiar cada una de las raíces, arrancarles las hojas muertas, cortarles los tallos y pulirlos con la navaja.

Una vez preparadas, las raíces y hojas se machacan con un gran almirez en enormes morteros de madera.

Cada remedio se administra de una manera diferente: con ungüentos para aplicar sobre la piel, preparados para hacer gárgaras o hervidos en agua como si se tratara de un té, explicó a Efe Marcelo Galán, otro de los vendedores.

Capítulo aparte en Paraguay son las hierbas refrescantes, imprescindibles para mezclar con el tereré, la infusión a base de yerba mate y agua fría con la que los paraguayos combaten el calor a lo largo del día, y que constituye casi un símbolo nacional.

Tanto es así que, según Javier Torres, presidente de la Comisión de vendedores y productores de hierbas medicinales del Mercado 4, los paraguayos ganaron la guerra del Chaco (1932-1935), que les enfrentó a Bolivia, "porque tomaban tereré, y eso les hacía ser más rápidos y despiertos".

Torres considera que la venta de hierbas medicinales "no puede verse solo desde el punto de vista comercial, sino que es un medio para compartir conocimientos".

"Las hierbas medicinales son parte de la herencia guaraní en la cultura paraguaya, una sabiduría transmitida por las abuelas de generación en generación", señaló.

Junto a estos saberes llegaron hasta hoy creencias y rituales, como el que ordena "renovar toda la sangre del cuerpo" bebiendo infusiones de siete plantas medicinales cada primero de agosto.

El motivo: contrarrestar las "malas energías" que se concentran en torno a esta fecha del calendario, señaló Torres.

La creencia está tan arraigada que en 2014 la Cámara de Diputados declaró el primero de agosto como Día del Poha Ñana, o hierbas medicinales en guaraní.

Además, en octubre de 2014, la misma Cámara reconoció el Paseo de los Yuyos como "sitio turístico", y nombró como "bien cultural y patrimonio nacional" a las plantas medicinales autóctonas.

Torres considera "muy valiosos" estos reconocimientos, pero advierte del peligro que puede suponer para el sector la intención del Gobierno de gravar el comercio de hierbas medicinales con un impuesto del 5 %.

"Si se aprueba nos va a perjudicar, porque será el cliente quien lo pague. La venta podría disminuir, pero los yuyos son parte de nuestra cultura, y eso no se va a perder", aseguró.

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