"Por un puñado de besos", un filme optimista contra los prejuicios del sida

  • "Nos pueden pasar tantas cosas en la vida, que por qué no vivir día a día lo mejor posible"; esta es la lección que la actriz Ana de Armas ha aprendido de Sol, su personaje en el film "Por un puñado de besos", una joven seropositiva que decide seguir adelante y "rehacer su vida" por completo.

Madrid, 14 may.- "Nos pueden pasar tantas cosas en la vida, que por qué no vivir día a día lo mejor posible"; esta es la lección que la actriz Ana de Armas ha aprendido de Sol, su personaje en el film "Por un puñado de besos", una joven seropositiva que decide seguir adelante y "rehacer su vida" por completo.

Una chica que "necesita el amor para vivir", como comenta a Efe su director, David Menkes, y que lo encuentra gracias a Dani, interpretado por Martiño Rivas. Es la manera con la que la película transmite el mensaje optimista de que "siempre hay alguien".

Con "Por un puñado de besos" se lleva por primera vez a la gran pantalla una de las novelas del popular escritor juvenil Jordi Sierra i Fabra.

En este caso, cuando la historia de "Un poco de abril, algo de mayo, todo septiembre" cayó en manos de Menkes, el director no dudó en pasarla a los fotogramas a través de una perspectiva "vitalista", aunque toque un tema tan complicado como el sida.

"Gracias a la investigación, es una enfermedad que no mata, y los que la sufren llevan una vida perfectamente normal", señala el responsable de largometrajes como "Mentiras y gordas" o "Atómica", quien opina que, precisamente porque no es mortal, "se habla poco de ella".

Como se encarga de indicar Rivas, alrededor de esta enfermedad "estigmatizada" hay "mucho desconocimiento y mucho miedo", pero que películas como esta pueden ayudar a vencer "prejuicios", ya que contiene un mensaje que llegará especialmente a la gente más joven, pero también a todo tipo de público, por su "universalidad".

De hecho, apunta De Armas, "este tipo de problemas te cambian, te hacen ver la vida de una manera distinta y dar prioridad a aquellas cosas que realmente lo merecen".

La "química" presente entre ella y Rivas en la ficción viene de la buena relación que mantienen fuera de la pantalla, ya que la película supone su reencuentro, años después de su trabajo en la serie televisiva "El internado": "Es como si no hubiera pasado el tiempo, la conexión que tienen los personajes en cuanto se conocen viene de ahí", afirma la actriz.

El reparto lo completan rostros como el de Marina Salas, Alejandra Onieva o Jan Cornet, quien tiene un pequeño papel que, desde su punto de vista, es el reflejo de que el film habla de más temas que van más allá de la enfermedad, como "el amor y el perdón".

En palabras del director, hacer una película optimista a día de hoy es "un valor añadido": "Es lo que ha demostrado 'Ocho apellidos vascos', la gente está deseando olvidar sus problemas y esta es una de las funciones que tiene que tener el cine".

"Cuando has tocado fondo, como la protagonista, el humor es la gran espada para luchar y enfrentarte a las adversidades", defiende por su parte Rivas.

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