Prittwitz "jazzea" Bach, Corelli y Vivaldi en "Lookingback over the baroque"

  • Madrid.- Saxo, clarinete y guitarra española le dan una sonoridad muy diferente a la música concebida por Bach, Corelli o Vivaldi para órgano, violín o laúd pero si, además, se "jazzea" el resultado es, cuando menos, "de un barroco" curioso, el que Andreas Prittwitz experimenta en su nuevo proyecto "Lookingback".

Prittwitz "jazzea" Bach, Corelli y Vivaldi en "Lookingback over the baroque"
Prittwitz "jazzea" Bach, Corelli y Vivaldi en "Lookingback over the baroque"

Madrid.- Saxo, clarinete y guitarra española le dan una sonoridad muy diferente a la música concebida por Bach, Corelli o Vivaldi para órgano, violín o laúd pero si, además, se "jazzea" el resultado es, cuando menos, "de un barroco" curioso, el que Andreas Prittwitz experimenta en su nuevo proyecto "Lookingback".

Prittzwitz (Munich, 1960) llegó con 18 años a España, en la estela de su padre, empleado del Instituto Goethe, y aquí se quedó, tocando música antigua, estudiando flauta dulce y luego clarinete y saxofón hasta que empezó a tocar jazz y a trabajar con distintos cantautores, ha recordado hoy en declaraciones a Efe.

En 2009 publicó junto a ellos el primero de los discos de su proyecto "Lookingback over" -un título idea de Javier Krahe-, y aquel vistazo hacia atrás lo enfocaron sobre la música del Renacimiento.

Para la portada se le ocurrió poner un cuadro de su ex mujer con tres gallinas, por eso para el segundo, "Lookingback over the baroque", ha elegido "un animalito", la rana, "tan barroca ella", que aparece por triplicado mirando hacia el espectador.

En su "mirada diferente" al Barroco han puesto el foco en obras de Bach, Corelli, Henry Purcell, Vivaldi y Gaspar Sanz porque han querido que estuviera presentes los estilos alemán, inglés, italiano y español; porque se trata de obras muy conocidas "y ayuda al público a entender" hacia dónde van cuando comienzan a improvisar sobre ellas y porque, además, "son maravillosas".

El objetivo inicial del "Lookingback" era combinar música antigua con la moderna, "haciendo un poco de investigación científica" y aunque aún les queda la Edad Media en este proyecto, dice, "hay tantas músicas" que les interesan que lo que saben de cierto es que el próximo estará dedicado a los Preludios de Chopin a dúo, con piano.

"Lo que hemos demostrado es que es fácil adaptar esa música a las exigencias de hoy en día. Un saxo o un clarinete tienen una sonoridad muy diferente pero siempre suena a música antigua", afirma.

Prittwitz, Antonio Toledo (guitarra), Laura Salinas (viola), Ramiro Morales (guitarra barroca), e Ivan Mellen (percusión) llevan interpretando las composiciones del nuevo disco más de un año y durante esta semana las tocarán en directo en el Café Central de Madrid porque, dice, siempre necesitan del público.

En sus actuaciones en vivo les dicen "de todo": "las opiniones son de lo más variopintas, sinceras e interesantes y en general muy buenas y agradecidas. El barroco es la época de las emociones y, en general se dejan llevar, porque este es un camino decente y muy honrado".

Prittwitz, que es "feliz" tocando en el Auditorio Nacional pero también en la calle -"si alguien se para a escucharte ya es una gran satisfacción"-, asegura que "se puede vivir de la música" y que esta época de crisis no sólo no es nefasta para ellos sino que tiene ventajas.

"Alguien de mi edad puede tener graves problemas si pierde su trabajo porque le va a costar encontrar un nuevo empleo, pero nosotros siempre tenemos. No es que nos vaya a hacer ricos, por supuesto, pero sí podemos vivir de la música y somos unos cuantos los que lo hacemos", agrega.

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