Querida amiga: te escribo aunque ya no puedas leerme, o quizás sí...

  • Fermín Cabanillas.

Fermín Cabanillas.

Gerena (Sevilla), 13 feb.- La amistad de dos personas es muy poderosa, incluso más que la muerte, y eso se demuestra con creces en el caso de José Luis Nogales y Paqui Arias, ya que la muerte de ella hace tres años no ha hecho que él se olvide nunca de contarle todo lo que pasa por su mente, en forma de cartas.

Paqui, natural como Nogales de la localidad sevillana de Gerena, falleció prematuramente en 2011, cuando solo tenía 36 años, dejando atrás una enorme estela de amigos tanto en la vida personal como en su trabajo de periodista, que desarrolló en medios como El Correo de Andalucía, además de ser una persona muy inquieta, que recorrió 27 países en diez años.

Algunas de las experiencias que vivió las plasmó en un blog de internet, en el que, incluso, algunos internautas le pedían que escribiese más a menudo, pendientes de las experiencias que narraba en el contacto diario con la gente de Colombia, uno de los países en los que vivió.

Su forma de ser, lo que transmitía a su gente, su vida en general, son la inspiración de "Palabras por flores", un libro escrito por Nogales que esta semana ha sido presentado oficialmente, y cuyo germen son las cartas que le ha ido escribiendo a Paqui desde que murió, que se encuentran depositadas en su lápida del cementerio de Gerena.

Es así de fácil: en lugar de llevarle flores a la tumba, José Luis Nogales le escribe cada semana una carta, en la que reflexiona sobre las cosas cotidianas de la vida, los problemas derivados de la crisis económica, las frustraciones, la esperanza o el amor, y esa carta es depositada cuidadosamente en la tumba de su amiga, donde se conservan en un portafolios.

Las cartas incluyen historias de cada día, como el desarrollo de una crisis económica que Paqui dejó en su apogeo, o incluso la vuelta de José Luis a Gerena tras un periplo por tierras canarias.

"El temporal ha decorado nuestro locutorio con fragmentos minimalistas del último naufragio. Lo veo desde el taxi que me lleva al aeropuerto. Sí, este martes vuelvo a leerte estas palabras en tu pueblo (...) Uno de los días más tristes fue cuando tuve consciencia de que no tenía a nadie a quien visitar, excepto a ti claro, porque no contaba con la complicidad de nadie que esperara mi presencia", explica una de las misivas.

"No se han encontrado límites a la capacidad humana de resistencia a la adversidad, siempre queda alguien que lo pasó peor que tú y, observando a ese mismo alguien, vas a notar cómo cruza sus manos y formar un estribo para que poses tu pie e impulsarte para salir de este agujero", dice José Luis en otra de esas cartas.

En lugar de llevarle flores, le manda cartas para mantener vivo su recuerdo y perpetuar la amistad más allá de la muerte, y esas cartas, ahora, pueden ser leídas por cualquier persona, ya que el libro se ha editado y los vecinos de Gerena solo tienen que acudir al centro cívico local y recoger su ejemplar completamente gratis.

Una costumbre que empezó en noviembre de 2011, y que nunca ha interrumpido, incluso durante una temporada en la que estuvo viviendo en Canarias, ya que enviaba las cartas por correo electrónico a un amigo, y este se encargaba de imprimirlas y dejarlas en la tumba.

Algunos vecinos de Gerena han observado en los últimos años como José Luis llegaba al cementerio puntualmente y depositaba una carta en una tumba, y ahora tienen la oportunidad de conocer más de cerca a quien es la mujer que recibe esas misivas, y como una amistad sincera no la puede separar ni la muerte. EFE

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