Religiosos de Santiago demandarán al ladrón del Códice por sus acusaciones

Santiago de Compostela, 20 feb.- Religiosos de la catedral de Santiago presentarán demandas individuales al figurar con nombres, apellidos y domicilios en el manuscrito de 15 folios con acusaciones de robo y de prácticas sexuales en el entorno del templo que el autor confeso de la sustracción del Códice Calixtino ha presentado en el juzgado.

Entienden un atentado grave contra su honor y estas actuaciones, ha explicado hoy a Efe el letrado José Antonio Montero, encargado de la defensa del Cabildo, se producirían al margen de la acción judicial de la basílica, que actuará contra el manifestante, Manuel Fernández Castiñeiras, para denunciar la vulneración del derecho al honor, dignidad y fama, ya proceda en vía penal o civil.

En el caso de las reclamaciones particulares, para las que ya ha habido una reunión en el despacho de Montero, se centrarían en las calumnias e injurias, agravadas en este caso por el hecho de que ha habido publicidad, de modo que las penas podrían ir de seis meses a dos años.

También la catedral demandará a la letrada encargada de la defensa de Castiñeiras y acudirá a los organismos correspondientes por la posible vulneración que ha hecho de las normas del Código Deontológico de la Abogacía.

Este quebrantamiento, ha indicado Montero a Efe, puede conllevar desde una expulsión del colegio profesional hasta una amonestación o suspensión para el ejercicio de este oficio por un período que puede ir desde tres meses a dos años.

Manuel Fernández Castiñeiras cita en su acta de manifestaciones, -que el juzgado de instrucción número dos de Santiago de Compostela ha admitido a trámite para evitar "más recursos y contrarecursos" que dilaten el juicio-, casos concretos, con nombres y apellidos, de lo que da en llamar "actitudes que iban más allá de lo humanamente paternal" en el entorno del templo gallego, "intensas relaciones sentimentales" o "relaciones sexuales".

El juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, ha indicado a Efe que el documento de "vaguedades" no tiene jurídicamente "la más mínima relevancia" y que no se abrirá una investigación "porque no hay ni un indicio que así lo permita", ni Castiñeiras declarará para ampliar esta información, como pide en este texto.

El Códice Calixtino fue sustraído de la catedral de Santiago en julio de 2011 y recuperado un año más tarde, envuelto en periódicos, en un garaje de Milladoiro (A Coruña) propiedad de Fernández Castiñeiras, que también tenía en su poder 1,7 millones de euros.

Castiñeiras, electricista de profesión, prestó sus servicios como autónomo durante 25 años en este templo. En la actualidad, está en libertad provisional con obligación de comparecer cada lunes en el juzgado y a la espera de juicio. Después de su confesión y hasta que no finalizó la instrucción estuvo encarcelado en la prisión coruñesa de Teixeiro.