Retrospectiva desnuda, "obsesiones" de melodía inconformista de Lydia Lunch

  • Valladolid.- Unas sesenta fotos, montajes visuales, fragmentos de poemas y una banda sonora componen la retrospectiva que sobre la neoyorquina Lydia Lunch se expone desde hoy en Valladolid, en la que por primera vez en España esta "performer" desnuda obsesiones de su melodía inconformista, incómoda y molesta.

Retrospectiva desnuda, "obsesiones" de melodía inconformista de Lydia Lunch
Retrospectiva desnuda, "obsesiones" de melodía inconformista de Lydia Lunch

Valladolid.- Unas sesenta fotos, montajes visuales, fragmentos de poemas y una banda sonora componen la retrospectiva que sobre la neoyorquina Lydia Lunch se expone desde hoy en Valladolid, en la que por primera vez en España esta "performer" desnuda obsesiones de su melodía inconformista, incómoda y molesta.

"Lydia Lunch. Retrospectiva. Paisajes después de la batalla. La guerra nunca se acaba" recoge el trabajo de esta cantante, escritora, actriz y fotógrafa neoyorquina, considerada por los expertos como una de las figuras esenciales del arte subterráneo, y plantea algunas de "sus provocaciones" y "obsesiones", en palabras del comisario de la muestra, Mario Martín.

En las palabras enviadas por Lunch para la inauguración de la retrospectiva, que estará en la sala municipal de exposiciones de San Benito hasta el 21 de noviembre para luego visitar otras ciudades, la artista confía en ofrecer a través de su música, vídeos e imágenes una visión de los "motivos" que la llevan a crear.

No son otros, reconoce, que su "insistente necesidad por expresarse a través del arte que está empapado en las vísceras de sus obsesiones".

Y ella se confiesa "obsesionada" con la guerra, con la decadencia, con la historia y especialmente con las ruinas de Belchite, esos restos intactos del pueblo zaragozano completamente destruido en la guerra civil española que le sirven para reflexionar sobre "la violencia humana" y la "cicatriz permanente que deja en el planeta".

No le interesa en Belchite en términos "de guerra civil", sino que se sirve de sus imágenes para "ahondar en el mensaje" de "los traumas que no se han cerrado", de las "impurezas y conflictos que se heredan de generación en generación" y que conviene limpiar, para cerrar esa herida, ha referido Martín en declaraciones a Efe.

"Esto es para aquellos que creyeron", "hallad los cuerpos", reflexiona la artista desde las paredes del centro municipal de exposiciones de San Benito sobre las ruinas de Belchite, ante las que hacer un "exorcismo" de "sus propios fantasmas", también de los nuestros, ha observado el comisario.

Tras el apartado dedicado al Pueblo Viejo de Belchite, "esa hermosa ruina decadente", según Lunch, que le ha permitido crear algo bello de las fracturas de su propia guerra, la muestra plantea una segunda parte de retrospectiva de la obra poética, musical y fotográfica de uno de los nombres más destacados del Spoken Word y de la cultura "underground" de Nueva York.

La exposición recopila en un vídeo montaje la faceta musical de Lunch (Nueva York, 1959) desde 1978 hasta la actualidad, con un planteamiento en tres niveles, el primero con los títulos de las series fotográficas, el segundo más visual, con textos, fotos y vídeo, y el tercero con la "banda" sonora creada al efecto y frases que recogen "los mantras" de la artista.

La retrospectiva con sus provocativas imágenes sobre la violencia, la pérdida de la inocencia, el sexo o esa guerra que no acaba concluye en un gran collage que recoge la transformación de la imagen de Lydia en estos años, ha resumido el comisario de la exposición.

Asentada en Barcelona desde hace seis años, Lydia Lunch ha reconocido en las palabras enviadas con motivo de la inauguración que le atrae toda España.

"Es su historia, brutal y resistente al mismo tiempo", su insistencia sobre la belleza de su arquitectura y la "brutalidad" en el arte que han producido figuras como Goya, Gaudí, Cervantes, Goytisiolo, Dalí, o los que en España sintieron inspiración como George Orwell y Ernest Hemingway.

Lunch se queda, no obstante, con el espíritu de los españoles, que le hacen sentirse más en casa que su tierra, Estados Unidos, un país "cuya codicia, decepción y violencia", le "han decepcionado" y "cuya insistencia firme en una guerra sin final" le han forzado a "encontrar refugio" en España, cuya bienvenida agradece.

"Ningún hombre ha sido cambiado para proteger a los inocentes, son todos jodidamente culpables", sostiene la artista en una de las frases que preside la exposición en Valladolid, en una "provocación" que busca "despertar", "para no perder ni un minuto más", concluye el comisario de la muestra.

Mostrar comentarios