Retrospectiva en Düsseldorf de Beuys, para quien "cada humano es un artista"

  • Berlín.- La obra de Joseph Beuys, el carismático creador del sempiterno sombrero que hasta su muerte en 1986 defendió que "cada ser humano es un artista", regresa a la ciudad en la que nació y trabajó el artista, Düsseldorf.

Retrospectiva en Düsseldorf de Beuys, para quien "cada humano es un artista"
Retrospectiva en Düsseldorf de Beuys, para quien "cada humano es un artista"

Berlín.- La obra de Joseph Beuys, el carismático creador del sempiterno sombrero que hasta su muerte en 1986 defendió que "cada ser humano es un artista", regresa a la ciudad en la que nació y trabajó el artista, Düsseldorf.

La exposición "Parallelprozess" (proceso paralelo), que podrá verse a partir de mañana y hasta el 16 de enero próximo en la Colección de Arte de Renania del Norte-Westfalia, contará con más de 300 obras del polifacético autor, alguna de hasta una tonelada de peso como la instalación "Blitzschlag mit Lichtschein auf Hirsch" (rayo con resplandor sobre ciervo).

En la amplia retrospectiva instalada en una superficie de más de 3.000 metros cuadrados se intentará respetar el espíritu provocador del artista y profesor, según señalaba esta semana a la prensa la directora del museo, Marion Ackerman.

"Sólo podíamos mostrar al Beuys total, el que causará un impacto en el visitante", afirmó Ackerman, quien explica el título de la exposición, "Parallelprozess" en la tesis del creador de que en su obra "todos los temas son paralelos y siempre están vinculados".

Los temas y obsesiones que sobrevuelan la exposición son los habituales en el complejo universo de Beuys: la búsqueda incansable de una democracia directa y total responsable, el paro, los problemas de integración y, por supuesto, la degradación del medio ambiente.

Y entre dibujos casi etéreos, voluminosas piezas de bronce o instalaciones de toda condición donde priman elementos como las tormentas, los volcanes, la muerte, los gnomos, el odio o las cruces, así como los particulares materiales que usaba: sangre, mantequilla, azufre, viejos objetos en desuso o piezas de maquinaria.

Por ejemplo, en una de sus instalaciones más conocidas, "La manada", 24 trineos de madera en formación militar, cada uno con un "equipaje" de linterna, rollo de fieltro y pequeña escultura de miel y mantequilla, persiguen a un ejemplar de la mítica furgoneta Vokswagen "Bully", de ineludibles reminiscencias "hippies" de los años 60.

Según la comisaria de la retrospectiva, Isabelle Malz, la exposición cuenta con el beneplácito de la viuda de Beuys, Eva, de 77 años, convertida en "guardiana" del espíritu de su marido.

Eva Beuys no duda en llevar ante la Justicia a quien ose violar presuntamente ese "espíritu", como le ocurre en estos días a otra exposición con piezas tempranas del alemán Beuys, en el museo Schloss Moyland de Kreis Kleve (oeste).

En vida, el siempre provocador artista que defendía que cada persona debía descubrir su potencial creativo y utilizarlo para cambiar el mundo positivamente, fue tachado por alguno de los políticos coetáneos de "charlatán".

En 1972 llegó a ser expulsado de la Academia de Arte de Düsseldorf a petición del entonces ministro de Ciencia e Investigación Johannes Rau, quien posteriormente se convirtió en presidente de Alemania.

Hoy, en cambio, como recuerdan la directora Ackermann y la comisaria Malz, el hombre que acuñó la frase "Arte es vida y vida es arte" es considerado uno de los más influyentes artistas alemanes del siglo XX.

Hace más de un año, por ejemplo, en mayo de 2009, una de sus obras ocupaba un puesto de honor, junto a artistas como Tobias Rehberger o Werner Heldt, en la exposición "60 Años, 60 Obras", en homenaje al aniversario de la creación de la República Federal de Alemania (1949), y en la que se mostraban las piezas más destacadas creadas en esas seis décadas.

Carlos Álvaro Roldán

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