Robleño corta la única oreja de una complicada corrida de Adolfo Martín

  • Teruel.- El diestro Fernando Robleño cortó la única oreja de una complicada y peligrosa corrida de toros de la ganadería de Adolfo Martín, segunda de la Feria del Ángel, celebrada hoy en Teruel.

Robleño corta la única oreja de una complicada corrida de Adolfo Martín
Robleño corta la única oreja de una complicada corrida de Adolfo Martín

Teruel.- El diestro Fernando Robleño cortó la única oreja de una complicada y peligrosa corrida de toros de la ganadería de Adolfo Martín, segunda de la Feria del Ángel, celebrada hoy en Teruel.

Se lidiaron toros de Adolfo Martín, desiguales de presentación, mansos y con peligro. Los seis se movieron con brío en el primer tercio pero todos acabaría "desarrollando" en la muleta. El más toreable, el cuarto, aunque tampoco perdonó errores.

Fernando Robleño, leves pitos y oreja.

Luis Antonio Gaspar "Paulita", ovación y palmas tras aviso.

Iván Fandiño, palmas y silencio.

La plaza tuvo dos tercios de entrada en tarde de calor.

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"ADOLFOS" PARA TRAGAR QUINA

Robleño se enfrentó en primer lugar a un toro parado pero con "guasa", que midió constantemente al torero, y frenándose cuando tomaba los engaños. El madrileño no se dio demasiada coba.

El cuarto fue el toro con más opciones del envío, embistiendo con buen aire, pero también sin perdonar errores. Robleño hizo un esfuerzo para acabar dominando la situación y conseguir muletazos templados y de buena factura por los dos pitones en una faena siempre a más. El descabello que precedió a la estocada no fue óbice para que paseara una oreja.

"Paulita" toreó con cadencia y buen son en el recibo a la verónica a su primero, toro que se movió con brío en el primer tercio, que esperó en banderillas y que "desarrolló" en la muleta, "metiéndose" por los dos pitones, frenándose a mitad del viaje y reponiendo. El hombre estuvo ahí, con voluntad, y sin poder hacer nada.

El quinto tampoco brindó demasiadas posibilidades de lucimiento. "Paulita" volvió a la carga con la misma disposición en una labor que apenas tuvo trascendencia.

Fandiño tampoco tuvo muchas opciones con su lote. Toro brutote el primero, que embestía a empellones y pendiente constantemente del torero, que "tragó" lo suyo, con valor y mucha suficiencia, para conseguir una labor más que digna, a pesar de no rubricar debidamente con la espada.

El sexto, en la línea de la corrida, "se orientó" muy pronto y Fandiño volvió a estar profesional para al menos resolver la papeleta.

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