Rubén Pinar sale por la Puerta Grande y Del Álamo pasea un trofeo

  • El diestro Rubén Pinar ha salido a hombros en el quinto festejo de la Feria de Begoña, celebrado hoy en Gijón, en una tarde en la que el salmantino Juan del Álamo paseó un apéndice, y Víctor Puerto se fue de vacío.

Gijón, 13 ago.- El diestro Rubén Pinar ha salido a hombros en el quinto festejo de la Feria de Begoña, celebrado hoy en Gijón, en una tarde en la que el salmantino Juan del Álamo paseó un apéndice, y Víctor Puerto se fue de vacío.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Conde de Mayalde bien presentados, flojos y de juego desigual. Los mejores, segundo y quinto.

Víctor Puerto: estocada ligeramente trasera (ovación); y media trasera (silencio).

Rubén Pinar: estocada ligeramente desprendida (oreja); y estocada (oreja)

Juan del Álamo: estocada (oreja); tres pinchazos y descabello (silencio).

La plaza tuvo algo más de media entrada en tarde espléndida.

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PINAR SACA TAJADA

Víctor Puerto llevó a cabo una primera faena de notable reposo frente a un toro muy justo de fuerzas, al que supo dosificar muy bien a media altura y sin obligarle en demasía para acabar pegándole varios muletazos de cierto empaque y gusto, que, sin embargo, no llegó a trascender lo suficiente a los tendidos.

El cuarto fue un toro con más "transmisión", al que toreó de capote con muy buen aire. Lances cadenciosos, ganando terreno, hasta acabar en los medios, pusieron la plaza en pie.

Pero en la muleta no fue igual. Pegó Puerto algún pase suelto dentro de un trasteo al que le faltó hilván y mayor consistencia.

El gran triunfador de la tarde fue Rubén Pinar, que estructuró una primera labor de extraordinario ritmo sobre todo por el lado derecho.

Faena siempre a más, con un Pinar muy despejado de mente y capaz, para imponerse a las complicaciones iniciales del astado, un tanto probón y andarín. Pero acabó pegándole muletazos de notable hondura y exquisito temple. Cortó una oreja y el toro fue aplaudido en el arrastre.

Otro trofeo se llevó del quinto, al que saludó con verónicas intercaladas con delantales en el recibo de capote, y con el que hizo un esfuerzo en la muleta para acabar arrancando muletazos ligazos de bonito trazo y especial aroma. Faena larga y nota alta que, tras una estocada en todo lo alto, le valió otra oreja.

Juan del Álamo instrumentó una primera faena de tanta voluntad como variedad ante un toro justo de fuerzas, con el que se lució en el toreo en redondo, amén de los detalles o otras "cositas" como los molinetes o las manoletinas finales. Un estoconazo de efecto fulminante le posibilitaron el trofeo.

Pero no consiguió redondear un triunfo mayor en el que cerró plaza, toro sin "transmisión" alguna con el que estuvo aseado sin más.

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