Sacristán, esencial y sanchopanzesco, debutará en el Español con Don Quijote

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 8 nov.- "Antes monjas que querer impartir doctrina", dice José Sacristán, pero él se subirá, por primera vez, al escenario del Español para poner al acento en las referencias éticas y morales que se contienen en el Quijote "esencial y sanchopanzesco" que ha escrito para él José Ramón Fernández.

Sacristán y Fernández, junto al director, Luis Bermejo y los actores Fernando Soto y Almudena Ramos, han presentado hoy en rueda de prensa "Yo soy Don Quijote de la Mancha", una versión libre del texto de Cervantes nacida del empeño de la directora del Festival de Almagro, Natalia Menéndez, para su estreno, el pasado mes de julio, en la XXXV edición del certamen.

Desde entonces ya ha girado por muchas ciudades y en todas ellas "la calidad de los aplausos" ha sido "formidable", pero llegar al Español es un hito.

"Me hace mucha ilusión estar en este teatro porque tenía clavado como una espinita no haberlo podido hacer nunca. Empecé con 13 años a trabajar como mecánico y venía aquí siempre que podía a ver a Carlos Lemos en 'Un soñador para el pueblo' y siempre llegaba cuando decía aquello de 'los españoles vuelven por sus fueros, impunidad, insania y basura'", ha rememorado el actor, que acaba de cumplir los 75.

Para el intérprete es "una satisfacción profesional y personal" llevar esta "aventura" a buen puerto, porque es "una forma ideal de entender la relación con los demás y el mundo en general, de rescatar o evidenciar el referente moral que es el individuo".

Sacristán (Chinchón, Madrid) revive al Quijote, acompañado de Sancho (Fernando Soto) y la hija de este, Sanchica (Almudena Ramos), a partir de algunos de sus parlamentos más famosos y en medio de "un juego metateatral" en el que los protagonistas bromean con algunos de los tópicos que se relacionan con la novela.

El actor enfrenta a su personaje en el escenario con su naturaleza "sanchopanzesca", es decir, la misma humildad labriega que la del compañero del Quijote, aunque con la misma aspiración moral que la del caballero de la triste figura.

Con textos "esenciales" del Quijote, el grueso de la obra, y guiños a fuentes que van de Passolini a la Celestina, Sacristán, que ya fue Don Quijote en el musical "El hombre de la Mancha", interpreta a un héroe que ha salido de la novela para tomar las riendas de su propia vida y estar "para siempre" en el "corazón de la gente".

En su lucha se acompaña de Sanchica, una incorporación de Fernández que a él le parece "un acierto" porque ayuda a incorporar a la historia a los jóvenes, entre los que hay ya, dice, "muchos 'quijotes'".

"La crisis -sostiene- está sacando mucha mierda escondida y también cosas muy grandes como quienes desde un bar destinan sus beneficios a ayudar a cirujanos a operar en el cuerno de África o todos esos jóvenes voluntarios que se van a ayudar a quien lo necesita".

A juicio de Fernández, el Quijote es "un Stradivarius del que cada frase que sale es una palabra de Dios" y ha pedido a los espectadores que vuelvan a ese clásico, porque es "el hermano mayor" de todos, el que "de repente" aparece materializado, por ejemplo, en esos "héroes anónimos" que se arriesgan para salvar a una chica en la avalancha del Madrid Arena.

"Yo soy Don Quijote de la Mancha", en la que el chelista José Luis López, de Camerata Flamenco Project, pone la música en directo, destila, según Bermejo, "mucho humor" y el público "se lo va a pasar muy bien viendo a alguien que no es que haya perdido el juicio sino que ve algo que los demás no ven".

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