Salomón Shang: el increíble hombre orquesta del cine español

  • Paradigma del cineasta independiente, el creador catalán puedepresumir de haber realizado documentalessobre Andrei Tarkovski, rescates deentrevistas filmadas a filósofos, películas sobrela desaparición de los cines de arte y ensayo o extrañasmezclas de comedia y thriller.
Julio Vallejo / Aviondepapel.tv

No sólo dirige, Salomón Shang también escribe, produce, distribuye e incluso protagoniza gran parte de sus filmes. Paradigma del cineasta independiente que trabaja por inquietudes creativas y sin demasiado apoyo externo, el creador catalán puede presumir de haber realizado, entre otros muchos trabajos, documentales sobre Andrei Tarkovski (“La zona de Tarkovski”), rescates de entrevistas filmadas a filósofos (“Carl Gustav Jung”), películas sobre la desaparición de los cines de arte y ensayo (“Cinéclub”) o extrañas mezclas de comedia y thriller (“El asesino a sueldo”, “La llegenda de l´Innombrable”). Inclasificable, el espíritu de este francotirador fílmico le ha llevado incluso a enfrentarse a la Generalitat de Catalunya. La siguiente entrevista le muestra como una figura única en el panorama cinematográfico español.

¿Por qué has rodado “Cinéclub”, una historia que equipara la muerte de las salas de arte y ensayo con el fracaso de una relación sentimental?

“Cinéclub” nace de mi desesperación como espectador por la situación en las que se encuentran los cines de arte y ensayo. Una de las cosas que más me duele es que la gran masa de espectadores esté dejando de ir a ver ese tipo de películas. Creo que gran parte del público que suele visitar las salas de versión original son individuos descontextualizados y muchas veces comparados con frikis. Tienen una forma curiosa de relacionarse y de establecer relaciones humanas. En la película, intento que el protagonista, uno de estos descontextualizados, tenga una historia de amor con una taquillera que no parece tener ningún interés en él. Él idealiza en la pantalla un tipo de amor, el de las películas clásicas hollywoodienses, que es incapaz de llevar a la realidad.

El estreno del filme ha venido rodeado de cierta polémica. En una carta a los medios decidiste denunciar la falta de apoyo que la Generalitat de Catalunya había dado a tu película. ¿Qué te llevó a dar el paso?

Lo grave de esto es que la Generalitat saca todos los años unas listas oficiales en donde aparecen películas catalanas que han recibido su apoyo. Esas listas no son reales. Mis películas son sistemáticamente rechazadas a la hora de la subvención, pero, sin embargo, aparecen en esas listas. Es una farsa con la que están engañando a la gente. Si quieren publicar informaciones falsas que lo hagan, pero yo tengo la obligación de decirle a los medios y al público la verdad. Por otra parte, tanto yo como otras personas que hemos tenido algún tipo de relación con el Partido Socialista, estamos recibiendo un trato vejatorio desde que Ezquerra Republicana de Catalunya se ha hecho con el poder.

Quizá eres uno de los máximos representantes de la independencia cinematográfica en España. Además de dirigir, también eres el encargado de escribir, producir, distribuir e incluso protagonizar tus películas. ¿Qué te ha llevado a esa situación?

Nace de la necesidad. No hay productor que pueda arriesgar con todos aquellos directores que tengan un volumen de proliferación creativa como la mía. Además, me gusta trabajar con mis iguales y no con aquellos personajes aposentados en la industria que cobran unas cifras multimillonarias. También es una cuestión de tradición. Yo soy una persona que me críe en un circo y provengo de una familia de payasos españoles. En ese mundo es muy normal que una familia tenga su propio circo y que toda ella sea la que va de pueblo en pueblo montando y desmontando el circo.

Otra cosa que ha caracterizado tu carrera es el tránsito por diversos géneros, desde los documentales minoritarios, pasando por la reflexión cinéfila de “Cinéclub” y terminando en ese aire friki de tus dos próximos estrenos, “Asesino a sueldo” y “La leyenda del innombrable”. ¿Cómo se explica este interés por abordar diferentes tipos de película?

Bueno, tú sabes que mucha gente dice que ha tenido que hacer primero películas comerciales para poder hacer cosas más personales. A mí me ha pasado lo contrario: primero he tenido que hacer películas de autor para luego poder hacer otras más comerciales. Mi vocación verdadera está en la comedia y en lo hilarante. Lo que pasa es que ello implica tener unos medios para no hacer una garrulada. Eso es muy complicado cuando uno empieza con una productora. En cambio, hacer otro tipo de películas implica una menor infraestructura. He hecho todas esas obras pequeñas y aparentemente vocacionales para poder hacer una película grande como “El asesino a sueldo”, más popular y aparentemente más comercial que es más vocacional que las anteriores. De hecho, tanto con “El asesino a sueldo” como “La llegenda de l´Innombrable” he iniciado una nueva etapa en la que hago las películas de la manera que yo quiero hacerlas.

¿Podemos considerar “El asesino a sueldo” y “La llegenda de l´Innombrable” como dos largometrajes que, en cierta manera, forman parte de un díptico?

Son películas muy diferentes, aunque tengan un tono aparentemente similar. “La llegenda de l´Innombrable” es más densa por el hecho de tratar crimen real, aunque nosotros hayamos extremado los hechos hasta conseguir un tono de comedia. “El asesino a sueldo” es más posmoderna. Es muy vanguardista sin ser una película experimental ni dejar de tener vocación popular.

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